David Páramo

Análisis superior

David Páramo

12 Feb, 2016

Visiones retrogradas

Quienes están angustiados por el nivel del tipo de cambio, que ayer llegó hasta niveles de 19.50 pesos por dólar al menudeo, o la baja en el precio del petróleo, que se ha depreciado 70% en poco más de un año, y que sólo pueden ver una crisis que les acecha por todos lados cometen un error fundamental: ignoran cuánto ha cambiado el país y su economía desde mediados de la década pasada.

Antes de la oleada de privatizaciones, modernización y apertura de la economía hacia modelos de mayor competencia el país estaba detenido en dos patas: tipo de cambio e ingresos petroleros. Todo, absolutamente todo, giraba en torno a estas variables.

Alguna vez Agustín Carstens definió la política de tipo de cambio fijo como dejar sin movimiento una brocha y mover una casa para pintarla. Poco después de que el Banco de México logró la autonomía se optó por un esquema de tipo de cambio libre en el cual se convierte en un precio de la economía que sirve de amortiguador para otras variables.

Es un hecho que este modelo ha funcionado perfectamente, puesto que si bien la depreciación supera 30% no ha tenido un impacto en el nivel general de precios por una mezcla entre bajas de precios en algunos productos clave, que ha compensado el alza de los bienes duraderos que son en los que se han concentrado las mayores presiones inflacionarias.

Hoy es claro que el país ha dejado de ser petrolero, puesto que a pesar de que Pemex es una empresa improductiva del Estado las finanzas públicas han resistido, de buena manera, en gran medida por el éxito que ha tenido el Servicio de Administración Tributaria, encabezado por Aristóteles Núñez, no sólo en la recaudación a los cautivos sino el aumento de los contribuyentes, lo que ha permitido compensar de manera sobrada la baja en los precios del petróleo.

SOPORTES

El mercado interno, muy posiblemente, por primera vez en la historia, se ha convertido en el principal motor de la economía nacional. Ayer documenté en este espacio el crecimiento del crédito en todas sus ramas con muy bajos índices de cartera vencida en prácticamente todos los rubros; la producción y venta de vehículos sigue imponiendo marcas históricas, así como el fuerte crecimiento en las ventas tal y como lo informó la ANTAD.

La combinación entre estabilidad económica, reformas estructurales y fuerte competencia entre instituciones de crédito, con muy elevados índices de capitalización, así como herramientas jurídicas como la subrogación de créditos y una regulación superior de estándares internacionales ha generado un gran beneficio para los usuarios de la banca.

Luis Robles Miaja, presidente de la ABM, establece que los niveles actuales del crédito son los menores de la historia. Existen registros de créditos en México desde 1821.

Para dar una idea de la magnitud de los beneficios bastaría señalar que una persona que contrató un crédito hace cinco años, ahora está pagando 250 mil pesos por cada millón de pesos de financiamiento, lo que libera una gran capacidad de gasto ya sea para adquirir otra vivienda o mejorar sus condiciones de vida.

Lo mismo sucede con las tarifas de telecomunicaciones y eléctricas que han tenido bajas verdaderamente importantes durante la presente administración.

DICOTOMÍA

Si se realiza un análisis entre las encuestas empresariales, la inmensa mayoría señalan que están preocupados por la situación económica y se dicen convencidos de que se deteriorará en los próximos meses.

Sin embargo, cuando se pregunta a los empresarios cómo marcha su negocio, los más afirman que les va entre excelente y muy bien, Lo mismo sucede con las personas quienes hablan con preocupación del futuro, pero si hacen cuentas registran que han mejorado sus condiciones de vida.

Así las cosas, vale la pena seguir reiterando el tema de fondo. La economía mexicana ha resistido de una forma impresionante un entorno en el que se han conjugado muchos problemas y retos; sin embargo, realizar análisis con metodologías antiguas impide a las personas tomar buenas opiniones.

Es cierto que se requieren ajustes ante el complicado entorno, pero no se trata de un tema de destino sino de grado, es decir, la política económica se maneja de una forma adecuada, pero son válidas aquellas discusiones en las cuales se habla de grado y no de visión de destino.

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