Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

15 Feb, 2016

El problema son los ingresos, no el gasto

El recorte de gasto no resuelve el problema de las finanzas públicas del país, por la sencilla razón de que el problema principal no es el gasto sino la caída en los ingresos.

Decir que si el gasto se recorta el problema se resuelve no pasa de ser una postura demagógica, desde el extremo de López Obrador, quien dice que bajando los salarios de la burocracia se ahorra lo suficiente; hasta ahora, la visión de la Secretaría de Hacienda es un recorte de gasto… de Pemex, que es la solución.

La verdad es que el problema de las finanzas públicas mexicanas, desde hace décadas, está por la parte de los ingresos; en una época esa falta de ingresos se cubrió con deuda externa, hasta que la crisis y la suspensión de pagos de 1982 hicieron ver que la deuda no era la salida.

Luego, la falta de ingresos se resolvió con la venta de crudo. Y todo fue bien mientras se produjo mucho petróleo, tres millones de barriles diarios, y cuando se vendía el barril de 80 dólares para arriba.

El sueño se acabó cuando se cayeron la producción y el precio del petróleo.

Con ello, el petróleo, que aportaba 40 centavos de cada peso del presupuesto, aporta ahora sólo alrededor de 20 centavos.

La solución pareciera estar en una reducción de gasto, lo suficientemente grande como para compensar esa caída en los ingresos, pero eso significaría recortar los programas sociales y los gastos en educación y salud, después de eliminar toda la construcción de infraestructura.

Y no se quiere decir con esto que el gasto público no tiene excesos ni desperdicios ni es objeto de robos ni se financian programas que no benefician a nadie.

Lo que pasa es que aun cuando todos esos excesos y deficiencias se eliminaran, los ingresos seguirían siendo insuficientes. El gasto público en México es pequeño. Representa apenas 25% del PIB cuando en Latinoamérica vemos gastos públicos cercanos a 40% del PIB y no se diga en Europa, donde hay países en los que el gasto público es tanto como 60% del PIB.

Y no se gasta lo suficiente en infraestructura, en salud, en educación, en estimular la economía, porque no hay suficientes ingresos, porque en materia de finanzas públicas, el problema principal no está en el gasto sino en los ingresos.

Baste decir que la recaudación vía impuestos apenas llega a 11% del PIB, uno de los ingresos tributarios más bajos del mundo. En América sólo Haití recauda menos.

El problema es un sistema tributario que se recarga sólo en una pequeña parte de la población económicamente activa; además, está plagado de exenciones y regímenes especiales de tributación. Pero a estas alturas del partido hablar de aumentar los ingresos vía impuestos es políticamente incorrecto porque hay muchas elecciones en puerta; lo mejor entonces es decir que hay que recortar el gasto porque ése sí es un buen lenguaje en tiempos electorales.

Cuando se empiece a hablar con la verdad se tendrá que decir que es necesaria una profunda reforma tributaria que permita elevar los ingresos por impuestos a 18 o 20% del PIB, y que es esa salida o el endeudamiento, porque el petróleo ya se acabó y está muy barato.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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