José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

4 Mar, 2016

Indicadores no fallan: crecimiento moderado

Pronósticos e indicadores, ambos, nos muestran una economía mexicana con crecimiento moderado para 2016. El entorno del presente año, ni se haga ilusiones, ya no estará cercano al 3% de expansión. Más bien todos los pronósticos lo llevan al 2.5% de crecimiento, o un poco menos.

PRIMERO: BANXICO AJUSTA PRONÓSTICO

El Banco de México, gobernado por Agustín Carstens, vuelve a ser realista sobre la economía mexicana. Carstens fue el primero en advertir sobre la necesidad de un ajuste en el gasto público y, claro, un ajuste en la política monetaria que se tradujo en elevación de la tasa de referencia a 3.75% e intervenciones directas en el mercado cambiario.

Ahora, es el mismo banco central el que inicia la baja en los pronósticos de crecimiento. Reduce su rango de expansión para 2017 de 2.5%-3.5%, a 2.0%-3 por ciento.

Para el Banco de México el entorno global es sumamente adverso, tanto por la baja dinámica mundial como por la medrosa recuperación industrial en Estados Unidos.

SEGUNDO, INDICADORES COINCIDENTE Y ADELANTADO

Los indicadores del ciclo económico medidos por el Inegi, tampoco dejan mentir. Mientras el indicador coincidente, que va conforme la actividad económica, se mantiene por debajo de los 100 puntos, en 99.84 puntos en diciembre del 2015, significando el quinto mes a la baja.

El otro indicador, el adelantado, que ve precisamente el desenvolvimiento futuro, bajó a 99.39 puntos en enero. Lleva varios meses a la baja. Esto hace pronosticar un débil crecimiento, que si bien no cae en recesión, pero sí habla de un debilitamiento económico.

TERCERO, ENCUESTA: 2.45

La encuesta realizada por el Banco de México con las 37 principales casas de análisis del país, también mostró un pronóstico de crecimiento a la baja.

El crecimiento esperado para finales del 2016 se redujo de 2.69 a 2.45 por ciento. Los factores del crecimiento a la baja, son bastante claros si se ven las principales preocupaciones de los analistas para el crecimiento. En primer lugar, les preocupa la debilidad del mercado externo y la economía mundial. Después les preocupa la inestabilidad financiera internacional. En tercer lugar ven problemas con el precio del petróleo. En cuarto lugar con la baja plataforma de producción y exportación petrolera.

NO ESTAMOS COMO BRASIL, PERO...

Desde luego no estamos en recesión, como sí lo está la economía brasileña, con la cual nos gusta compararnos.

Y también es cierto que el entorno internacional es adverso con China desacelerándose, un bajo precio del petróleo que nos hace recibir menos ingresos por la venta del crudo, y la  recuperación más difícil de la industria estadunidense.

Bajo ese entorno no podríamos crecer mucho. Pero lo cierto es que no hemos desplegado los factores internos para poder expandirnos: políticas de empleo, de salarios ligados a productividad, de creación de empresas pequeñas y medianas, de desregulación. De que podríamos mejorar, ni lo dude.

HEREDAR UNA EMPRESA… VER A NAFIN

Vaya que Nafin organizó un excelente seminario con sus consejeros. El tema es de primer orden para la economía mexicana: “Gobierno corporativo en la empresa familiar”.

Jacques Rogozinski, director de Nafin, ya se había topado con los problemas familiares cuando estuvo en organismos financieros internacionales. Pero ahora decidió traer a un experto en empresas familiares, a Gonzalo Gómez-Betancourt. ¿Qué pasa cuando la empresa familiar pasa de su fundador a la segunda generación, a la tercera generación y en la cuarta cuando se acaba? El peor de los problemas de las empresas familiares viene de las desavenencias sicológicas de unos con otros: No aguanto a la esposa de mi hermano, no tolero a mi tío, mis hermanos se sienten mucho, mi primo es un #@&!#.

Ya sabe, el fundador de la empresa suele ser un gran hombre, pero que toma todas las decisiones y nadie se le puede poner enfrente. Para él no existe un gobierno corporativo ni consejeros independientes. Encontró una beta y siembra los principios que deben regir a las generaciones futuras.

La segunda generación pudo ser más estudiada, incluso con estudios en el extranjero, pero es igual de autoritaria.

La tercera, se empieza a pelear entre hermanos, primos, sobrinos. La cuarta, si bien les va, ya ni están en la empresa.

Gómez-Betancourt pone una solución sencilla: Poner desde el principio las bases de un gobierno corporativo, de un consejo de administración, con comités desde vigilancia hasta de crédito, con consejeros independientes.

Nafin trae un interesante programa de asesoría para que las empresas familiares se institucionalicen. Si es su caso, vaya a al banco de desarrollo.

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