Opinión del experto

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7 Mar, 2016

Efectos anticompetitivos en el AICM y sus remedios

Por Carlos Mena Labarthe*

 

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México mantiene procedimientos de acceso a su infraestructura, a través de la asignación de horarios de aterrizaje y despegue, que generan efectos anticompetitivos y se apartan de la práctica internacional, lo que deriva en una alta concentración de horarios en pocas aerolíneas y en una baja disponibilidad, lo cual inhibe la entrada o expansión de competidores e induce precios más elevados, baja calidad del servicio en términos de puntualidad y una escasa innovación de rutas. Esto perjudica el crecimiento de la industria y a los usuarios de los servicios de transportación aérea. Estos son los resultados que arrojó el Dictamen Preliminar de la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).

La investigación, un procedimiento formal con consecuencias legales que se usa por primera vez y que deriva de la reforma Constitucional del 2013, sustenta que los problemas de competencia en el mercado se deben principalmente a la forma de asignación, transparencia, monitoreo y control del uso de los horarios de aterrizaje y despegue, por parte del AICM.

Cito cinco elementos encontrados durante la investigación. Primero, las aerolíneas solicitan un volumen importante de horarios que terminan por no utilizar, lo cual dificulta la entrada y expansión de sus competidores. Esta práctica en otros países puede ser considerada como un uso indebido de horarios y se sanciona en consecuencia. Segundo, las aerolíneas programan y comercializan vuelos sin contar con la certeza de tener un horario definido para operarlos, lo cual genera que el consumidor no tenga la seguridad de recibir el servicio tal y como lo contrató. Tercero, existe un alto número de vuelos privados y oficiales por hora, sin tener una asignación programada, lo cual desfasa la operación comercial diaria en detrimento de la puntualidad de las aerolíneas y del volumen de pasajeros que pueden transportarse. Cuarto, la estabilidad de las participaciones de mercado observada en los últimos años indica que la industria ha perdido intensidad de competencia. A diferencia de otros aeropuertos en el mundo que compiten entre ellos por interconectar pasajeros, en México el AICM no tiene rival. Quinto, los precios por kilómetro volado desde el AICM en rutas nacionales pueden ser hasta el doble de lo que se cobra por kilómetro volado en rutas internacionales.

Con el objetivo de remediar las condiciones descritas y fomentar la competencia, la Autoridad Investigadora propone una serie de medidas correctivas que ofrecen soluciones integrales a los problemas de competencia económica y son consistentes con las mejores prácticas internacionales.

Sintetizo aquí las principales acciones a instrumentar: Primero. Establecer criterios claros para el acceso a la infraestructura, así como facilitar el acceso, en tiempo real, a la información respecto a la asignación y uso de los horarios. Ello fortalecerá la certeza jurídica y operativa de las aerolíneas, al tiempo que impedirá obstaculizar la entrada de nuevos oferentes, sean éstos nacionales o internacionales, a distintas rutas de transportación aérea. Esto solucionaría problemas como el hecho de que, a pesar de la saturación, aproximadamente 4 de cada 10 horarios asignados previo al inicio de temporada no fueron operados por las aerolíneas que originalmente lo solicitaron. Segundo. Crear un fondo de reserva de horarios de aterrizaje o despegue que facilite la entrada y la expansión de competidores y, por lo tanto, genere condiciones de competencia. El Fondo de Reserva, junto a criterios claros de monitoreo y control en el uso de horarios, es clave para corregir los problemas de accesibilidad y la persistencia de conductas que restringen la capacidad del AICM en un contexto de saturación. Explico brevemente cómo funciona el fondo de reserva.

Éste se integra con los horarios de aterrizaje y despegue liberados a partir de prohibir operaciones de vuelos privados y oficiales (excepto Estado Mayor Presidencial), aunado a la capacidad adicional que pueda determinarse en un nuevo estudio que considere dicha prohibición, y de no renovar la asignación de horarios no utilizados por las aerolíneas. El proceso de asignación se realiza en dos pasos: la primera mitad del fondo se otorga a nuevos entrantes y el resto, con base en mecanismos que reflejen el valor económico del horario para las aerolíneas, estableciendo las bases para el intercambio o cesión de los horarios de manera transparente y ordenada.

Los remedios que proponemos buscan generar condiciones de competencia que beneficien a todas las aerolíneas y a los consumidores. Estos favorecen al sector en su conjunto, porque permiten contar con reglas claras, de avanzada, con una operación transparente y un mejor uso de la infraestructura del AICM. Además, la competencia genera mejores precios y calidad al usuario, mayor productividad, crecimiento económico y más empleos en esta industria.

México no puede darse el lujo de seguir con 115 mil vuelos anuales que operan en el AICM fuera de sus tiempos asignados, o con precios de boletos hasta 30% mayores por la falta de competencia, como se sustenta en el expediente de referencia. Los pasajeros tampoco merecen esperar la puesta en marcha del nuevo aeropuerto para asegurarse un servicio de calidad. Más aún, las ventajas ofrecidas por la posible entrada de un nuevo convenio bilateral entre México y EU serán potencializadas en la medida que se eliminen los problemas a la competencia en el AICM aquí descritos.

* Titular de la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)

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