Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

14 Mar, 2016

En México se gasta poco y mal

Siempre que se habla de problemas en las finanzas públicas, el discurso más sencillo es pedir que todo se solucione con recortes al gasto, bajando salarios, corriendo burocracia y, en síntesis, gastando menos.

Es verdad que en México el ejercicio del gasto público puede ser mucho más eficiente, con mayor transparencia y rendición de cuentas, pero eso no necesariamente significa que reducir el gasto público sea la solución a los problemas que tiene el país en sus finanzas públicas por la caída en el precio del petróleo.

En este mismo espacio hemos señalado, en varias ocasiones, que aun con el mejor ejercicio del gasto, la parte más grande de la solución tiene que venir por la vía de los ingresos.

Y muchos lectores se indignan por esta sugerencia, ya que consideran que lo que se debe hacer es recortar el gasto tanto como sea necesario, para compensar la baja en los ingresos.

Más aún, hay quienes se atreven a afirmar que si no hubiera tanta corrupción, tantos burócratas y tan elevados salarios, el problema de la falta de ingresos se resolvería.

Por desgracia, ninguna de las dos posiciones resuelve el problema. Es verdad que hay deshonestidad en el ejercicio del gasto publico, que hay desperdicio e ineficacias, que en algunas partes, en especial en estados y municipios, sobran burócratas y es verdad que hay una casta dorada cuyos salarios son anormalmente elevados.

Pero aun corrigiendo todos estos problemas, los actuales ingresos no alcanzarían.

Por otra parte, la verdad es que el gasto público en México es bajo. En números gruesos, equivale al 28% del Producto Interno Bruto y esa cifra significa que México está en el lugar 128 de 188 países en cuanto al nivel de su gasto público.

El gasto público en México es menor que el de cualquier país europeo, donde asciende a poco mas de 40 y hasta poco arriba del 50% en el caso de los países nórdicos; es menor que en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina y Bolivia y sólo es mayor que el de muchos países africanos.

El nivel de bienestar de la mayoría de la población es apenas mediocre; la infraestructura urbana es lamentable en todas las ciudades del país; el gasto en salud es muy bajo, apenas 6.2% del PIB y el gobierno no tiene recursos suficientes para cumplir muchas de sus obligaciones.

México necesita tener un mayor gasto público y una forma mucho más eficaz de ejercerlo y canalizarlo; pero, en definitiva, la solución a los problemas que plantea la caída en los ingresos petroleros no puede resolverse con recortes.

Entre 2015, y en lo que va de este año, se han realizado los más grandes recortes del gasto de las últimas décadas y, aún así, los ingresos no alcanzan y la deuda sigue creciendo.

Por eso insistimos en que la solución está en una Reforma Fiscal que conduzca a un ejercicio de gasto más eficaz, con mayor honestidad, con mayor transparencia y con una rígida rendición de cuentas; y, al mismo tiempo, con una reforma por el lado de los ingresos que permita financiar el gasto con recursos tributarios.

Y esto supone una profunda transformación de las finanzas públicas mexicanas, porque sin ella, todos los esfuerzos que se han hecho para enfrentar la turbulencia internacional serán insuficientes.

Hasta el próximo lunes con nuevas...Perspectivas.

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