Esta es la obscena cantidad de dinero en paraísos fiscales

La riqueza financiera acumulada por los superricos en paraísos fiscales se elevaba a un rango de entre 21 y 32 billones de dólares en el 2010
Economía -
Los paraísos fiscales contribuyen a ampliar la brecha de desigualdad. Foto: Especial
Los paraísos fiscales contribuyen a ampliar la brecha de desigualdad. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- El neoliberalismo son los Papeles de Panamá. El neoliberalismo es tener cuentas y empresas fantasmas en paraísos fiscales escondidas bajo la llave del secreto bancario para burlar las leyes de democracia y convivencia de tu país, que no son más que engorrosas normas que regulan tus actividades empresariales y financieras, y que te obligan a cumplir con el fisco, y así, con tantas reglas, no se puede ser libre.

La libertad es no tener que pagar impuestos ni decir quién está detrás del dinero ni explicar de dónde procede, es decir, no sólo tiene que ver con las leyes fiscales, sino también de transparencia o de responsabilidad penal.

En esta utopía neoliberal nos creemos que vivimos en democracia y libertad, pero por los Papeles de Panamá ya entendimos de forma cabal que la democracia del neoliberalismo sólo iguala a los pobres con los pobres para pagar impuestos e iguala a los ricos con los ricos para evadirlos, y que la libertad se compra en los paraísos fiscales, si es con dinero negro mejor, por lo que el más libre es el más millonario.

Ellos, los oligarcas, las élites, nos dicen que todo eso es legal. Que no es evasión, sino elusión de impuestos, es decir, evitar o minimizar el pago de impuestos mediante mecanismos legales, y que gracias a ellos se agiliza el flujo de capitales a todos los rincones del mundo. Así que no nos rasguemos las vestiduras y entremos en puritanismos porque salieron más vivos que nosotros.

En medio están algunos cínicos, como el presidente ruso Vladimir Putin o el primer ministro británico, David Cameron. Ellos no tienen empacho en acudir a las reuniones del G8 o del G20, que es el marco donde se debaten estos temas de regulación financiera y, junto con los otros grandes líderes mundiales, encabezados por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, clamar por una lucha sin tregua contra los paraísos fiscales, por combatir la evasión fiscal y lograr una mayor transparencia. Pero, más allá del oportunismo de las declaraciones del momento, ¿qué interés real pueden tener en priorizar el intercambio de información, la transparencia y el combate a la evasión fiscal si ellos mismos están implicados en el círculo de familiares y amigos con intereses en paraísos fiscales? ¿Qué progresos ha logrado David Cameron en los territorios de soberanía británica catalogados como paraísos fiscales, esto es, en las Dependencias de la Corona (las islas de Jersey, Guernsey y Man) y los Territorios de Ultramar  como las Islas Bermuda y Caimán? 

Finalmente está el ciudadano de a pie, el que paga los impuestos. Ellos tienen la percepción de que algo truculento está sucediendo en la economía global. Presienten que cuando las cosas van bien, los oligarcas hacen mucho dinero y evaden impuestos, y que cuando van mal, se les rescata con el dinero de los contribuyentes, que no son precisamente ellos.

Que debido a la evasión fiscal, se eleva la carga impositiva sobre los contribuyentes, especialmente en estos tiempos en los que se precisan de recursos públicos para reactivar la economía global y los países batallan para mantener las cuentas fiscales saneadas.

Que como resultado de la existencia de paraísos fiscales nunca se lograrán sistemas impositivos progresivos, sino que, por el contrario, los más acaudalados son los que menos tributan.

Que, en consecuencia, en los paraísos fiscales no se crea riqueza, sino que mediante la evasión los contribuyentes subsidian a los más pudientes, quienes extraen riqueza de los demás.

Que debido a las ventajas fiscales, las empresas e individuos más poderosos ganan ventajas competitivas que terminan con los comercios locales, que terminan cerrando.

Y que, como corolario de todo lo anterior, los paraísos fiscales contribuyen a ampliar la brecha de desigualdad, esa que se ha venido ensanchando en las últimas décadas y que, en medio de la grave crisis mundial,  ha suscitado un gran descontento social.

 

¿Y cuánto dinero es?

¿Cuánto dinero hay camuflado en los paraísos fiscales? No se sabe bien, pero según el estudio más serio realizado hasta la fecha, cuya autoría es de James Henry, experto en paraísos fiscales y ex-economista en jefe de la firma de consultoría McKinsey, con datos del Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales y el Fondo Monetario Internacional, estimó  que la riqueza financiera  acumulada por los superricos en sus cuentas secretas en paraísos fiscales se elevaba a un rango de entre 21 y 32 billones de dólares en el 2010. En el primer caso sería algo así como el PIB de Estados Unidos y de Japón juntos. En el segundo, habría que incluir también a China.

 

Ahora bien, la cifra, según el estudio, es conservadora: la estimación se refiere sólo a activos financieros, y no incluye las mansiones, jets, yates y obras de arte que puede poseer la empresa fantasma, el fideicomiso o la estructura legal dueña de los activos. A su vez, la riqueza está muy concentrada: en torno a 92,000 individuos con fortunas superiores a los 30,000 millones de dólares,  poseen 9.8 billones de dólares en paraísos fiscales del total de 21 billones, o casi 50%. Con esos datos, el estudio advierte  que en los análisis de desigualdad no se incorporan estos activos, por lo que los niveles de desigualdad pueden ser incluso superiores a lo que se viene diciendo.

 

 

¿Y quiénes manejan ese dinero?

¿Quiénes gestionan toda esa riqueza? Pues entre 10 bancos, liderados por  dos suizos (UBS y Credit Suisse) y un americano (Goldman Sachs) administran en torno a 6.2 billones. Además, considera que si esa riqueza financiera generara ingresos por concepto de intereses de 3% y se aplicara un impuesto del 30%, implicaría una recaudación de entre 190,000 y 280,000 millones de dólares, un monto que duplica la asistencia que los países de la OCDE dedican al desarrollo en todo el mundo. Y esa recaudación no incluye los ingresos por otros conceptos fiscales como el impuesto sobre las ganancias de capital o sobre las herencias.

 

Entre las empresas americanas que tenían aparcados miles de millones de dólares en paraísos fiscales están Apple (181,100 mdd en 2015), seguidos de General Electric (119,000 mdd), Microsoft (108,300 mdd) y Pfizer (74,000 mdd). Precisamente, la farmacéutica ayer desistió de fusionarse con Allergan en una operación valorada en 160,000 mdd, lo que habría supuesto la mayor fusión en el sector farmacéutico de la historia, luego de las medidas tomadas por el Tesoro de Estados Unidos para detener este tipo de operaciones. El objetivo de Pfizer era, mediante esta adquisición, mudar su residencia fiscal a Irlanda, donde el impuesto sobre sociedades es del 12.5% comparado con una tasa máxima de 35% en Estados Unidos. En total, las 500 empresas más grandes de la Unión Americana mantienen 2.1 billones de dólares en paraísos fiscales que en caso de ser repatriados podrían implicar una recaudación de 620,000 millones de dólares.

 

Por tanto, Obama, en sus últimos meses al frente de la administración, trabaja para evitar la deslocalización de empresas estadunidenses. Lo que no está tan claro es que esté haciendo el mismo trabajo para que también Estados Unidos, con el estado de Delaware a la cabeza, no sea un paraíso fiscal para el dinero extranjero.

 

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