La columna vertebral del emprendedor

Todos los emprendedores sabemos, o por lo menos decimos saber, lo riesgoso que es el emprendimiento y lo inevitable que son los cambios de la vida cuando empiezas una empresa o en sus primeros años.

Sin embargo, la realidad es que pocos de nosotros estamos preparados para enfrentar esos grandes retos, sobre todo en lo que a dinero se refiere.

Rara vez nos detenemos a pensar en el impacto tan profundo que el emprendimiento tiene sobre nuestra situación financiera personal y, viceversa, el papel que juega el dinero y la tranquilidad en nuestra vida diaria en las decisiones que tomamos para nuestra empresa.

Precisamente por esto es tan importante tener una estrategia financiera personal que ayude a sostener y a apuntalar cualquier plan de negocios. El estar preparado de antemano, aun cuando no sepas exactamente ni cuándo ni cómo ni dónde el mundo va a girar, ayuda no sólo resolver y/o a disfrutar con mayor soltura los sucesos: también permite vivir con mayor tranquilidad el día a día, aún en las épocas de incertidumbre sabiendo que estamos en la posición de enfrentar cualquier sorpresa que el destino tenga preparada.

1. Si no sabes a dónde vas. El primer paso para enfrentar los cambios financieros de la vida es, irónicamente, olvidarse de su existencia. Empieza por evaluar tu situación presente, sin preocuparte por el futuro durante unos segundos, y establece un plan que incluya: presupuesto de gastos, montos mínimos de ahorro (idealmente 10% de tus ingresos) y una estrategia de inversión. Es obvio que conforme pase el tiempo esta estrategia va a necesitar ser ajustada para adaptarse a cada nueva circunstancia, pero necesitas empezar con una base financiera sólida que te ayude a salir bien librado de cualquier tormenta.

2. Diferentes tipos de cambios, diferentes estrategias. En cuestión de preparación financiera, los cambios de la vida se dividen en dos:

a. Los anticipados: El tiempo es el mejor aliado del dinero; desde el momento en que avizores un evento futuro empieza a planear para él. Haz un cálculo realista de la cantidad de dinero que vas a necesitar, tomando en cuenta el aumento en precios, y empieza a ahorrar poco a poco hasta conseguir la cantidad deseada. Nunca es demasiado temprano para empezar, el mejor momento para abrir una cuenta de ahorro para pagar la universidad de los hijos, por ejemplo, es cuando ellos todavía están en pañales.

b. Los que te toman por sorpresa: Estar blindado para enfrentar lo desconocido depende de tener tres instrumentos indispensables:

-Los seguros son la mejor inversión que se puede hacer una persona. El precio de sus primas, que a veces puede parecer alto, es mínimo en caso de necesitarlos. Obligatoriamente se deben tener dos tipos: un seguro médico para todos y cada uno de los integrantes de la familia, así como un seguro de vida para los adultos que mantengan el hogar (y sí, el trabajo de las amas de casa también cuenta como parte de esta manutención. Ellas también deben estar aseguradas).

-El testamento no es un instrumento para descansar en paz, sino para disfrutar la vida; morir intestado implica molestos trámites para nuestros familiares, en momentos particularmente dolorosos; así como, más comúnmente de lo que podemos pensar, años de caros juicios, pleitos entre familiares (sí, aún en las mejores familias) y pérdida de una parte importante del patrimonio.

-Toda persona debe tener una cuenta de emergencia que le permita enfrentar con tranquilidad los reveses de la vida: un aprieto médico que impida seguir trabajando, despido del trabajo u otro gasto urgente. En esta cuenta debe haber dinero suficiente para cubrir entre tres y seis meses de los gastos del hogar y estar  invertido en instrumentos conservadores, sin nada de riesgo, y extremadamente líquidos, que puedan estar disponibles inmediatamente.

3. Al que no habla… Aún con nuestras personas más cercanas generalmente mantenemos un total hermetismo respecto de la situación financiera, buena o mala, que vivimos. LA FAMILIA ES UNA PIEZA CLAVE EN EL APOYO AL EMPRENDEDOR. Es inminente que lo antes posible te sientes a platicar con tus padres (¿cuál es su situación financiera? ¿Están preparados para vivir en su retiro?) y con tu pareja (¿cuál es la real situación financiera de la familia?, ¿qué hacer en caso de una contingencia?) para que todos estén en la misma sintonía monetaria y así poder tener un frente común y/o tomar mejores decisiones en caso de alguna contingencia.

4. Cambia con el tiempo. Cualquier estrategia financiera, por mejor hecha que esté, debe ser revisada, evaluada y ajustada para adecuarse a los cambios en nuestra situación, metas y gustos. Cada seis o 12 meses revisa tus planes financieros, tu presupuesto, tus inversiones, tus seguros y testamentos y vigila que sigan vigentes. A fin de cuentas, la vida está en constante evolución y como dijera Charles Darwin: “ante los cambios financieros no es el más fuerte ni el más inteligente ni el más rico el que sale adelante, sino el que mejor logra adaptarse a las circunstancias”.