El mejor momento económico

Parece increíble, pero es verdad, la economía mexicana vive su mejor momento desde que en los años sesenta se produjo lo que en el mundo se conoció como el “milagro económico mexicano”.

Ese milagro económico mexicano produjo el surgimiento de la gran clase media y el país dio un brinco cualitativo con la explosión de grandes urbes, como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y León; se crearon instituciones como el IMSS y se relanzaron otras como la UNAM y el Poli.

Y todo eso fue gracias a dos datos económicos fundamentales: una baja inflación y un razonable equilibrio en las finanzas públicas.

En los años sesenta, México crecía a 6% anual, con una inflación de alrededor de 3%.

La llegada de Luis Echeverría a la Presidencia de la República  y a quien no le gustaba ese momento, conocido como Desarrollo Estabilizador, destruyó el equilibrio financiero y detonó la inflación.

Llegaron 30 años de crisis con devaluación e inflación combinadas, que hundieron en la pobreza a más de la mitad de los mexicanos.

Desde esas épocas nunca habíamos tenido una inflación de 2.6% y un déficit público de 1.5%..

En buena medida eso explica que la economía mexicana haya crecido 2.9% a tasa anual en el primer trimestre del año, en momentos en que Estados Unidos apenas logra crecer al medio por ciento; las grandes economías de América Latina: Brasil y Argentina, están en recesión y la economía europea necesita respiración boca a boca.

En este mundo que aún no logra superar la crisis económica de 2008, crecer al 2.9% casi es una hazaña.

Y no es que sea suficiente. La verdad es que es un crecimiento raquítico del que los gobiernos mexicanos no han logrado sacar al país. Pero también es cierto que ese avance es sólo debido al consumo interno, ya que el motor externo está casi apagado.

Si las exportaciones crecieran 10 o 15% anual, como ya lo hicieron cuando la economía mundial no estaba tan enferma, México crecería 4% anual o más, lo cual ya nos pone en otra dimensión.

Hoy por hoy, crecer a 2.9% anual es extraordinario en un ambiente internacional tan adverso, pero no es suficiente.

Esa tasa de crecimiento es apenas como para que las cosas no empeoren y aún da elementos para que la oposición diga que quien gobierna no lo hace bien.

Para crecer a 4 o 5% anual México necesita tener encendidos los dos motores, los del mercado interno y los del mercado externo.

Uno depende del gobierno mexicano y el otro, de que el mundo encuentre la salida.

Y la verdad es que el mundo está hecho bolas. Llegaron a tales excesos de deuda y de políticas de bienestar basadas en la deuda, que se les está haciendo muy difícil corregirlas.

México está en una situación envidiable porque hasta la caída en el precio y la producción de crudo se pueden aprovechar para impulsar políticas públicas de larga duración.

Crecer a 2.9% no es suficiente para México y por eso es importante que se continúe con las reformas que garanticen que cuando el mundo económico internacional funcione mejor, la economía mexicana crecerá a 4 o 5% anual.

Hasta el lunes con nuevas… Perspectivas.