Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

11 May, 2016

Circo para Trump

Es un gran acierto que México invierta 47 millones 700 mil dólares en el Cirque Du Soleil. México es el primer país que inspira un show del famoso circo sin animales que creó Guy Laliberté y que hoy cuenta con 21 espectáculos que a lo largo de la historia, que se remonta a 1984 han sido vistos por más de 100 millones de personas. Mediante la inversión, que fue acordada por el Consejo de Promoción Turística en 2014, el show, denominado Luzia, estrenado el mes pasado en Montreal, visitará 450 ciudades en los próximos siete años, realizando 320 presentaciones al año, lo que generará un impacto directo en cinco millones 600 mil personas que, estimo, podrían ver el espectáculo, considerando dos mil 500 asistentes por presentación.

Luego del anuncio que hizo Enrique de la Madrid, titular de la Sectur, surgieron voces criticando la inversión argumentando que cómo es posible que se promocione al país, cuando hay problemas de seguridad y de pobreza. No obstante, por donde se le vea, es un éxito, debido a que, para poder recuperar el monto invertido, se requiere que únicamente 1.57% de los asistentes al evento visiten México, tomando en cuenta que el gasto promedio de los turistas foráneos es de 530 dólares.

Más allá del retorno directo de la inversión vía los visitantes que vendrán a México inspirados por el show, se trata de una gran herramienta de softpower o poder blando, un concepto acuñado por Joseph Nye que se refiere a la capacidad de un país de persuadir a otro sin utilizar la fuerza o la coerción, utilizando la proyección e influencia de los valores y la cultura.

La falta de softpower mexicano se ha hecho patente con la inminente candidatura republicana de Donald Trump, quien ha articulado en torno a México y otros temas un discurso estridente y polarizante que se asoma como un problema relevante que debemos atender. independientemente de que se convierta o no en el próximo habitante de la Casa Blanca. Por más que las economías de 28 estados de la Unión Americana dependan de México, nuestro país pasó de ocupar un lugar ausente en la discusión pública de esa nación a ocupar un lugar negativo debido al discurso incendiario e ignorante de Trump, y ello tiene que ver con la incapacidad de proyectar nuestra influencia y cultura. Alejandro Ramírez, quien ha logrado con Cinépolis proyectar a nuestro país con su expansión a India, Brasil, Perú, Estados Unidos, entre algunos otros países, me dijo en entrevista, en su carácter de presidente del Consejo Mexicano de Negocios, que es importante que el sector privado nacional llene el vacío que quedó después de la buena labor que se hizo para la aprobación del Tratado de Libre Comercio, que se quedó en piloto automático y ha provocado que muchos estadunidenses no entiendan los beneficios del comercio bilateral y no tener barreras arancelarias para las cadenas productivas de Norteamérica, así como los millones de empleos en la Unión Americana que dependen de México.

Además de esos beneficios concretos, que es necesario hacer tangibles, México debe hacerse presente con toda su dimensión cultural y social y, por ello, más allá de evidenciar la importancia de la interdependencia económica, el Cirque Du Soleil es un elemento positivo para generar un espejo más positivo de nuestra identidad.

Hace unos meses, cuando estuvo de visita en Acapulco Larry Fink, uno de los hombres más poderosos del planeta, que encabeza BlackRock, un fondo de inversión con activos por cuatro billones 600 mil millones de dólares, señaló ante los banqueros mexicanos que nuestro país tiene que sentirse mejor consigo mismo y ahí radica uno los puntos más importantes que debemos atender. El discurso de Trump cayó en tierra fértil gracias a la ignorancia de muchos estadunidenses, pero también por la incapacidad que ha tenido México de adueñarse de la narrativa de la relación bilateral.

No es que el Cirque du Soleil sustituirá la necesidad de crear una legislación robusta para el combate a la corrupción o que los 45 actores, músicos y acróbatas que aparecen en el show resolverán el tema de las deficientes policías del país, pero sí que ayudará a proyectar nuestro poder suave frente a discursos estúpidos e ignorantes como el de Donald Trump, por eso es que se trata de una inversión con un retorno concreto, pero también intangible y que, además, ayuda a construir un espejo que nos refleje con una mejor luz a los propios mexicanos.

La inversión también habla muy bien de la visión de la canciller Claudia Ruiz Massieu, que aprobó el proyecto todavía siendo secretaria de Turismo. Al circo de Trump hay que contrarrestarlo con circo del sol y softpower.

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