Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

23 May, 2016

México el único emergente que atrae IED manufacturera

Una fuerte oleada de volatilidad, la semana pasada, afectó los mercados financieros y a México, en particular, lo hizo tambalear. Sus causas fueron la posible alza en tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en su próxima sesión de junio; luego estuvieron los nubarrones políticos europeos por la posible salida de la Unión Europea, anunciada por el Reino Unido, y el posible efecto del próximo proceso electoral en Estados Unidos.

Todas esas se juntaron y llevaron a que la cotización del peso escalara en torno a 18.50, al inicio de la semana, hasta 18.60 a media semana, bajando a 18.45 hacia el día 20 del mes; y a decir de analistas, podría continuar la volatilidad y rondar, otra vez, en los niveles altos.

Luego del anuncio de la Reserva Federal sobre un posible incremento en la tasa de interés de los fondos federales para junio, los precios del petróleo y de otros commodities disminuyeron, sustancialmente, hacia finales de la semana, seguido por el incremento en las tasas, resultado de que la información económica en Estados Unidos anunciaba un segundo trimestre fortalecido, una inflación que continúa con buen ritmo y una importante mejora en los datos de empleo.

“La economía estadunidense podría ser, lo suficientemente, fuerte como para garantizar un alza en las tasas de interés en junio” comentó William Dudley, presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Además, declaró el vicepresidente del Banco Central, Stanley Fischer, que el país necesitaba “un potencial de crecimiento económico más rápido, a fin de elevar el nivel de la tasa necesaria para mantener la economía en pleno empleo y con una inflación estable”.

Ante eso, el especialista en temas bursátiles del Tecnológico de Monterrey, Edgar Castillo, declaró que tal aumento tiende a bajar el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores por la salida de los capitales que se irán a Estados Unidos por las  tasas más atractivas y los menores riesgos.

Esa noticia provocó volatilidad en los mercados de capitales de América Latina y en el resto de los mercados emergentes; y las acciones en Wall Street profundizaron sus pérdidas con el índice Standard and Poor’s 500 que cayó uno por ciento.

El barril de petróleo Brent del Mar del norte para entrega en julio cerró en 48.84 dólares por barril, una caída de 12 centavos o 0.18 por ciento. El West Texas Intermediate (WTI) perdió 3 centavos 0.06% para quedar en 48.16 dólares por barril; y la mezcla mexicana de crudo de exportación cerró con una caída a 31.11 dólares por barril, desde 42 dólares.

A su vez, las crecientes exportaciones de petróleo de Irán, después de que las sanciones en contra del país árabe fueron levantadas en enero pasado, tiraron los precios del crudo.

Como se puede apreciar, los efectos de esas noticias fueron devastadoras para los mercados, en el contexto en que se dieron, con lo que estaba ocurriendo también en Europa, donde se advertía la posibilidad de una crisis si la Gran Bretaña soltaba su relación con el euro, a inicios del próximo mes.

Mientras tanto, el “músculo” automotriz mexicano, que está en su máxima forma histórica, reportaba un valor agregado de exportación de las armadoras establecidas en México (que considera automóviles y camiones) de 64 por ciento, lo que casi duplica el nivel del resto de la industria; o sea, el sector ganó un punto porcentual en el PIB.

“La industria automotriz ha demostrado ser un sector dinámico y con robustez para seguir creciendo,” declaró José Rogelio Garza Garza, subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía.

Y el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís, dijo que “la industria ha venido creciendo de manera brutal.  Desde 1993 al 2014 llegó a producir más de 2 millones (de vehículos), mientras que el crecimiento esperado en seis años (2015 a 2020) será de 50 por ciento al reportado en este lapso; pues México llegará a producir 5.1 millones de vehículos”.

“Desde 2010, la industria automotriz ha registrado una dinámica de crecimiento superior a la de la economía en su conjunto; así en 2014 demostró un repunte de 9.7% contra 2.1% del PIB, lo que arrojó la generación de 730,923 empleos y representó 14.4% de la ocupación de las industrias manufactureras”.

Finalmente, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina, declaró la semana pasada a su arribo a México, previo al 36º Periodo de Sesiones de la Cepal, que se desarrollará en nuestra ciudad, que “México es de los pocos países emergentes que atraerán Inversión Extranjera Directa este 2016, y que “las  inversiones que está atrayendo llegan al sector de la manufactura, el que más empleos genera”.

*Economista

Twitter: @acanovelez

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