México no está para revanchismos: CCE

El artículo 32 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas ha sido interpretado como una suerte de venganza del Senado en contra del sector privado que ha sido muy contundente en su postura y presión para que el legislativo apruebe el Sistema Nacional Anticorrupción.

El artículo en cuestión obliga a todas las personas físicas y morales que reciben o ejercen recursos públicos del gobierno a presentar su 3de3 que se refiere a la declaración patrimonial, fiscal y de intereses. La declaración fiscal de las compañías es evidente para el SAT y relativamente transparente, las empresas públicas divulgan por obligación sus hojas de balance en donde quedan claramente establecidos sus activos y pasivos, así como su declaratoria de interés. Lo que se interpreta como un intento de revancha es que se busque que los miembros de un Consejo de Administración o cuerpo directivo, así como pequeñas y medianas empresas, tengan que hacer esta declaratoria lo cual se antoja difícil, no me imagino a Mathias Müller, CEO de Audi, mandando su 3de3 o Carlos Ghosn, CEO de Renault-Nissan, ambos próximos a inaugurar nuevas plantas de más de mil millones de dólares. Tampoco veo que una pyme de Campeche o Tabasco, que ya de por sí sufre por la falta de pagos, haciendo su 3de3 para ver si un Z se entera y lo extorsiona de manera más eficiente. A ello se suma el artículo 29 que deja cierta discrecionalidad en los formatos, aunque ahí pensando en alcaldes y diputados locales se podrían tomar ciertas medidas en estados como Tamaulipas, Michoacán, etcétera.

Dardo envenenado

Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, me decía que además de venganza, la modificación a los artículos mencionados puede ser un dardo envenenado para descarrilar el componente de la legislación que busca una mayor rendición de cuentas de los funcionarios públicos. A lo largo del proceso de impulso de esta iniciativa ciudadana ha habido dobles agendas de legisladores que de frente se mostraban de acuerdo con la legislación, pero maniobraban de manera contraria, la votación nos muestra que no eran pocos los intereses que se resisten para no perder los beneficios de la opacidad.

Endosan sus responsabilidades

El jueves en la primera manifestación pública  del sector privado ante la corrupción, en el Ángel de la Independencia Gustavo Hoyos, presidente de la Coparmex, tuvo palabras duras al afirmar: “no estaríamos aquí si los legisladores hubieran cumplido con las fechas fijadas por la ley que ellos mismos aprobaron, no estaríamos aquí si las leyes aprobadas en el Senado respetaran el espíritu original de la iniciativa y no estaríamos aquí si las ocurrencias de madrugada no pretendieran endosar a la sociedad responsabilidades que corresponden a los que manejan los recursos públicos”. El mensaje pasó de largo de los 338 diputados que aprobaron el artículo 32 que la hace inoperante.

No estamos para pleitos

Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, dejó abierto el margen para evitar el conflicto, cuando le pregunté si desde su perspectiva se trataba de una venganza, el líder del sector privado me dijo que era más bien un error porque México no está para revanchismos políticos ni pleitos que no lleven a una construcción positiva y agregó que prefiere pensar que es un error de la Cámara de Senadores que políticamente no pudieron resolver en la Cámara de Diputados.

El peligro de la desconexión

La desconexión entre los legisladores y la sociedad muestra que puede ser útil tener reelección en el legislativo y disminuir el número de plurinominales. En la medida en que continúe el desacople entre las demandas puntuales de grupos organizados aumenta el riesgo de que el hartazgo por la vía democrática genere suelo firme para los populismos como el de AMLO. En la táctica pudo haber sido un mal trueque para los legisladores y sus partidos cambiar un madruguete por la charola en 2018. Ni con la reforma fiscal el sector privado había mostrado tanta molestia frente a uno de los tres poderes. Ojalá haya altura de miras porque como dice Juan Pablo Castañón: el país no está como para revanchismos.