David Páramo

Análisis superior

David Páramo

27 Jun, 2016

Después del Brexit

Una vez pasadas las oleadas de histeria luego de que, como lo pronostiqué con más de tres semanas de antelación, la mayoría de los votantes del Reino Unido decidiera dejar la Unión Europea, es necesario hacer algunas reflexiones que se aplican a México.

Primero. Los que todo lo quieren arreglar por referéndum deberían tomar nota que, a pesar de sus defectos, el proceso legislativo es mucho mejor y, por lo menos, tiene una gran cantidad de mecanismos para mejorar la calidad de la reflexión y el modo de corregir errores.

Segundo. El mundo no se terminó ni se dieron muchos pasos para atrás en la humanidad. La mayoría de los votantes a favor del Brexit tiene mayoría de edad, por lo que ellos sí vivieron no sólo el proceso de integración, sino los precios ocultos que algunos se niegan a ver.

El votante típico se hartó de pagar con sus impuestos los fracasos económicos de otras naciones. No se trata de actos de xenofobia sino de razón y lógica, ¿por qué tener que pagar las consecuencias del populismo de Grecia, la irresponsabilidad española o la incapacidad de naciones de Europa del Este?

Esto se ve desde nivel macro, como las cuotas que todavía paga el Reino Unido a la Unión Europea o el gasto en programas de seguridad social.

Para entender mejor, conteste la pregunta: ¿Estaría dispuesto a que por venezolanos, brasileños, argentinos, cubanos o de cualquier otro país fracasado económicamente, usted tuviera no sólo que recibirlos sino pagar por su seguridad social para que compitan por su empleo?

Tercero. Una cosa es el libre comercio (al que no se opone la mayoría de los votantes en el Reino Unido) y otra es ceder en temas de seguridad fronteriza o pagar por la irresponsabilidad de otros.

Hay la creencia que los países ricos tienen obligación de ayudar a los pobres e incluso cargar con sus errores. En México, por ejemplo, nos parece correcto que el pueblo de Estados Unidos tenga que recibir y dar seguridad social a quienes se van a vivir ilegalmente a ese país y hasta festejamos como una suerte de éxito económico las remesas que envían.

La manera correcta de verlo es que cada país haga lo que le corresponde para lograr el bienestar de su población. Es mucho cinismo pedir que otros hagan lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos.

Una de las grandes fallas estructurales de la Unión Europea es la falta de coordinación en las políticas fiscales. Es fácil ponerse de acuerdo en los derechos y no en las obligaciones. Ya ve cómo gobiernos populistas, como el de Grecia, amenazaron con salir de la UE como un mecanismo para tratar de evitar el cumplimiento de sus obligaciones y seguir viviendo a expensas de las naciones que sí lo hacen bien en lo económico.

MÉXICO

Cuarto. Una lección para México es aprender a concentrarse en aquellas cosas que son importantes. Muchos están histéricos considerando los impactos del Brexit, la votación en España, la volatilidad del tipo de cambio, Donald Trump, sin poner atención en lo importante.

El comercio con el Reino Unido es mínimo, 3.5% del total, y no se va a perder, puesto que se tendrá un tratado de libre comercio y la inversión seguirá siendo mínima, menos de 600 millones de dólares en promedio anual.

Ojalá que la preocupación de los expertos económicos fuera igual de intensa con temas que sí tienen un impacto muy negativo en la economía mexicana. Las acciones violentas e ilegales de los miembros de la CNTE y algunos otros grupos delincuenciales causan más daño a México que el Brexit. No sólo por las pérdidas que están registrando los negocios, sino también por la forma en que se mantiene retrasada la educación de los niños, quienes siguen perdiendo hoy su futuro.

La posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador y su secta Morena pudieran llegar a la Presidencia de la República potencialmente puede generar mucho más daño a la economía que la combinación más grave de factores internacionales que pudiera darse.

Sin embargo, es mucho más elegante venderse como experto en la economía internacional y forzar impactos que no se materializaron (¿cuántos hablaron de viernes negro y megadevaluación en México?) que hablar de los peligros reales que los mexicanos enfrentamos.

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