Cómo aplicar la inteligencia financiera a tus finanzas

Es posible trasladar la inteligencia emocional al ámbito de las finanzas. Por ello, te sugerimos que te preguntes: ¿cuáles son mis sentimientos sobre mis finanzas personales?
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Cuando descubras los motivos detrás de tus decisiones financieras, será más fácil que desarrolles y ejecutes un plan financiero que esté diseñado de acuerdo a tus aspiraciones. Foto: Especial
Cuando descubras los motivos detrás de tus decisiones financieras, será más fácil que desarrolles y ejecutes un plan financiero que esté diseñado de acuerdo a tus aspiraciones. Foto: Especial

Siempre nos han hecho creer que la planeación financiera tiene poco que ver con nuestras emociones, que es pura lógica, números, disciplina y principios a seguir. Esa es la razón por la que muchas personas fallan en la organización de sus finanzas personales.

Un factor importante que debes considerar al manejar tus finanzas personales, es el de la relación que tienes con el dinero: qué sientes, a qué le tienes miedo y cómo reaccionas financieramente a ciertas circunstancias.

Cuando descubras los motivos detrás de tus decisiones financieras, será más fácil que desarrolles y ejecutes un plan financiero que esté diseñado de acuerdo a tus aspiraciones.

Es posible trasladar la inteligencia emocional al ámbito de las finanzas. Por ello, te sugerimos que te preguntes: ¿cuáles son mis sentimientos sobre mis finanzas personales?

Abajo encontrarás algunos ejemplos que te ayudarán a definir cómo puedes aplicar la inteligencia emocional para mejorar el control de tus gastos:

 

Complacencia: “Voy bien”

Cuando por fin tienes un trabajo cuyo sueldo te permite pasar con comodidad de una quincena a otra, es posible que te vuelvas más relajado sobre tus finanzas, y creas que nada puede afectar tu situación financiera actual o al flujo de dinero al que has logrado acceder. El riesgo aquí es que empiezas a hacer compras o comprometerte, dando por sentado el salario del siguiente mes, lo que lleva a que tu planeación financiera termine de cabeza.

Ante esto debes crear un fondo de emergencia que te permita mantener tu seguridad financiera.

 

Vanidad: “Tengo que tenerlo primero”

Al creer que tenemos derecho a todo, empezamos a crear el hábito de comprar lo que sea, sin considerar si está dentro de nuestro presupuesto o no. Esta es una de las maneras más fáciles de endeudarse.

Por ello debes aplicar la regla de las dos semanas. Si transcurrido ese período sigues pensando que es absolutamente necesario comprar ese objeto, entonces evalúa tu presupuesto para conocer si puedes comprarlo.

 

Desidia: “Dejo mis finanzas para después”

Al dejar las cosas para el último minuto posponemos decisiones importantes sobre la administración de nuestro dinero, con lo cual corres el riesgo de impactar negativamente tu patrimonio.

Por ello debes darle la prioridad adecuada a tus finanzas dentro de las actividades del día. En un calendario registra todos tus pendientes y cumple con ellos al pie de la letra.

 

Temor: “Me aterra pensar en mis finanzas”

Es más fácil huir que enfrentarse a un problema. Hay muchas personas que se niegan a analizar sus finanzas simplemente por miedo. Les asustan tanto sus asuntos financieros que nunca realizan un esfuerzo extra para resolverlos. Eventualmente este patrón daña sus finanzas aún más.

Por ello es importante hacer consciencia que estás enfrentándote a una situación difícil, pero huir de ella no va a resolver nada.

 

*DR

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