Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

26 Jul, 2016

¿Es Singapur el modelo educativo para México?

Este martes 19, Federico Reyes Heroles escribió aquí en ExcélsiorEl Poder del Sueño–, un artículo que trata sobre el sistema educativo de Singapur. En él hace mención de un documento oficial del gobierno de ese país, en el cual se detallan —de manera muy general, como el título mismo deja ver—, qué busca alcanzar ese gobierno en materia de educación.

Los dos los puede encontrar en estas ligas. El de Federico aquí:

 http://www.excelsior.com.mx/opinion/federico-reyes-heroles/2016/07/19/11.... El otro, cuyo título es: The desired outcomes of education (Los resultados deseados de la educación), lo encuentra aquí: https://www.moe.gov.sg/docs/default-source/document/education/files/desi....

Vayamos al tema. Desde hace quizás unos quince años, como consecuencia de la publicación de clasificaciones que evalúan sistemas educativos de varios países, dos de éstos han llamado poderosamente la atención por las posiciones alcanzadas: Finlandia y Singapur. Dejo el primero para posterior ocasión, y me concentro en el segundo, que es el que atrajo la atención de Federico.

Lo primero que conviene tener en mente cuando se habla de Singapur, son sus dimensiones. Para empezar, es una ciudad-Estado cuya población es hoy poco más de 5.5 millones de habitantes, y una superficie de 707 km cuadrados; además, carece totalmente de recursos naturales.

Singapur, a partir de 1965, cuando decide separarse de Malasia, país que hoy lo abastece de agua potable y de mano de obra que no tiene permitido asentarse de manera definitiva en Singapur, y durante los siguientes 25 años, fue gobernado con mano férrea, de manera casi dictatorial, por Lee Kwan Yeu.

Éste, si bien ya era el gobernante desde junio de 1959, tomo el año de 1965 como referencia porque, es el año en que a partir del cual, Singapur es completamente independiente. Al dejar el poder en 1990, conservó un cargo que le permitió seguir influyendo en la gobernación.

Lee Kwan Yeu, antes que soñador, fue un político total y cabalmente pragmático; él entendió —con una claridad meridiana— que, dadas la situación, características, y limitaciones de su país, el recurso humano era la salvación y, para poder construir el futuro, la única vía era una educación de excelencia.

A esto dedicó su vida, sin vacilar en momento alguno; impuso medidas en todos los aspectos de la vida de los habitantes de Singapur y, en 1990 deja en el gobierno a personas cuya forma de pensar era similar a la suya.

Ahora bien, ¿qué explica el éxito de Singapur en materia educativa? ¿Un sueño, o la voluntad férrea de un dictador para imponer su visión de futuro? ¿Qué explica lo alcanzado, el autoritarismo sin libertades impuesto a costa de la democracia y libertades? Usted decida, pero, créame, el sueño de Singapur sólo es posible concebirlo, después de decenios de mano dura; muy efectiva, eso sí, pero dictadura al fin.

De interesarle, lea por favor ¡Basta de historias!, de Andrés Oppenheimer. Ahí hay un capítulo dedicado a la educación en Singapur la cual, más que un sueño, fue un logro de un gobierno autoritario.

¿Sería entonces Singapur, el modelo a copiar? ¿Por qué no? ¿O por qué sí?

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