David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 Jul, 2016

Analfabeta financiero

En su ya larga cadena de frivolidades y desatinos, Mario Di Costanzo regaló a diversos medios de comunicación una bonita estampa.

Poco más o menos contó que “revisando sus estados de cuenta” notó que le “habían clonado la tarjeta” para realizar cargos por 50 mil pesos en un hotel en Nueva York y se enteró que esto le había sucedido a otro usuarios.

Primero. Resulta inaceptable que el presidente de Condusef no sepa que los bancos en México, destacadamente del que él es cliente, tienen sistemas de alertas sobre cargos e incluso solicitudes de información ante las sociedades de información crediticia sin costo. Sólo debe ir a la sucursal y contratarla.

Segundo. Que no conozca la diferencia entre lo que llamó clonación y un cargo indebido. Vamos, si leyera los materiales que produce la propia Condusef no únicamente conocería la diferencia, sino que también el procedimiento para solicitar el reembolso de los cargos.

Tercero. Es difícil imaginar qué pretendía Di Costanzo cuando dio a conocer su bonita estampa que lo muestra como un analfabeta financiero, considerando las diferentes ocasiones en que este hombre ha inventado conceptos para tratar de dañar la imagen de los bancos o lograr cinco minutos de notoriedad, los cuales simplemente no existen.

También están sus supuestas mediciones del sector financiero y, como también lo hacía su antecesor, hacer creer que las consultas son acciones de la autoridad. El hecho concreto es que por el mejor interés de los miembros de la Asociación de Bancos de México la mayoría de los diferendos, casi la totalidad, se resuelven directamente entre banco y cliente.

En el ADN de Di Costanzo está una malsana intención de hacer creer que los bancos son malos o alguna de esas tonterías que aprendió al lado de su padre político, Andrés Manuel López Obrador, cuando fue secretario de Hacienda del dizque gobierno legítimo del líder de la secta llamada Morena.

Una historia como la que contó parecería que busca generar un sentimiento de inseguridad en los usuarios de la banca en México, la cual es totalmente falsa y va en contra del trabajo de su jefe, Luis Videgaray,  secretario de Hacienda.

Entre los bancos y las propias autoridades financieras se le ve como una suerte de bufón que, con el tiempo, demostró que es más lerdo que mal intencionado. Sus acciones en el caso de Ficrea parecían la cima de su carrera, pero ahora ha encontrado nuevos  fondos.

CORRUPCIÓN

La frivolidad con la que se maneja Di Costanzo hace creer que logró una suerte de beca por alguna exótica razón política y que puede hacer lo que quiera con la institución, como algunos de sus antecesores.

En los últimos meses se han vuelto reiteradas las denuncias, desgraciadamente anónimas, de empleados y exempleados de la Condusef en las cuales se habla de tráfico de influencias, así como de diversas formas de corrupción.

Hay una cuenta de Twitter, @PorCONDUSEF, bajo el nombre de Juan Luis Martínez, que difunde una carta de cinco cuartillas dirigida al Presidente de la República y el secretario de Hacienda, en la cual aseguran tener “pruebas suficientes para solicitar su renuncia” y en las cuales culpan al subsecretario Fernando Aportela de no tomar acciones por cuestiones políticas.

Señalan, citando el Reporte del Portal de Estadística, que entre enero y julio de este año de las 850 mil 362 acciones de defensa, 471 mil 736 corresponden a información básica, 249 mil 679 a emisión de reporte especial de crédito y sólo por gestión electrónica 21 mil 590 se turnan al procedimiento de conciliación. En este mismo documento, que no está firmado a pesar de que hablan de los que suscriben, acusan de mal trato a Di Costanzo, así como de despidos injustificados.

Al final de esta comunicación señalan a una larga lista de personas que estarían en sus cargos por relaciones familiares y pasionales con el presidente de la Condusef y algunos de sus allegados.

Otras denuncias, tristemente anónimas, hablan de becarias que habrían ascendido por su cercanía con diversos funcionarios de la institución y que, para abrirles espacio, se habría despedido indebidamente a trabajadores.

No es serio dar credibilidad periodística a estas versiones, sin embargo, sí deberían dar pie para que la Subsecretaría de Hacienda realizara una investigación ya que, en el menos malo de los casos, hay un pésimo clima laboral en Condusef.

Más allá, se debe realizar un análisis del costo-beneficio de mantener al frívolo Di Costanzo en el cargo.

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