Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

16 Ago, 2016

¡Cuidado! El problema son sus ideas, no lo que poseen

La exigencia en favor de la transparencia para empezar a sentar las bases y lograr, en un futuro ¿mediato?, plena conciencia de la necesidad de combatir las prácticas corruptas, llevó al país, si bien no a popularizar entre los mexicanos a tomar consciencia de la entrega obligatoria para su difusión pública de tres declaraciones —fiscal, patrimonial y de interés—, la 3de3, si a concretar un primer gran esfuerzo ciudadano en esa dirección.

Hoy, no hay mecanismos claros para verificar que lo plasmado en aquéllas tres, corresponda a la realidad patrimonial, fiscal y de conflicto de interés del que las elabora, y acepta hacer públicas. Sin embargo, por encima de la renuencia de la casi totalidad de la Clase Política a ser transparente y rendir cuentas, lo que se logró, más voluntario que obligatorio, y más laxo que estricto, es un muy buen primer paso de una larguísima marcha que, sin regateo alguno, debe ser justipreciado y de él partir.

Viene a cuento lo anterior, por el revuelo generado por las entregas que han hecho de las tres declaraciones, dos dirigentes de partidos políticos. Primero, las del joven vendido a la opinión pública —y a los militantes del partido que hoy dirige— como un genio de la teoría política, y luego, las del muy conocido López, dueño
—más que dirigente—, de otro partido.

Si bien las tres del primero, a pesar de sus imprecisiones, no causaron polémica mayor, pues casi de inmediato el olvido fue la respuesta, en el caso del segundo, las respuestas que recibieron sus declaraciones fueron, desde que eran una burda mentira, hasta la aceptación ciega por parte de sus babeantes adoradores.

Mi posición al respecto, es diferente. Particularmente en el caso del segundo, lo peligroso —pienso—, no es que mienta acerca de sus propiedades o riquezas, sino la visión que tiene de la gobernación, y del papel a jugar por el gobierno, en un país con economía abierta y participante activo en la globalidad.

Que Ochoa y López oculten o disfracen lo que tienen, me tiene sin cuidado; el segundo, como usted sabe, siempre ha mentido; no sólo en las decisiones que ha tomado sino en todo lo que tiene que ver con su vida política y eso, diría el clásico, no es gripe para que se cure fácilmente. Mentiroso ayer y hoy, mentiroso mañana; atrasado ayer y hoy en materia de crecimiento económico, atrasado también mañana.

Por otra parte, el dueño de decenas de taxis y juegos de placas, es un bisoño que da más que hablar por sus bravatas, no por su desempeño político. Que mienta en sus declaraciones, es irrelevante; ya veremos lo que hace en lo político.

Hoy, el peligro real es López; no porque oculte o disfrace lo que tiene, sino por vender el pasado como futuro; por su idolatría de la economía cerrada, y del gasto como palanca del crecimiento: Por si faltare algo, agregaría su cursilería hipócritamente cristiana.

Lo que ambos —como miles de enriquecidos al amparo de los puestos ocupados— tienen y disfrazan, es secundario ante sus ideas y visión de la gobernación. Centrémonos pues, en lo que nos debe importar: su visión del gobierno, y el papel que éste debe jugar en una economía abierta y globalizada.

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