Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

24 Ago, 2016

Cifras disonantes de Hacienda

En pláticas casuales, constantemente, me encuentro con personas de todo tipo, profesionistas, empresarios, dentistas, estudiantes, choferes, etcétera. Muchos de ellos consideran que la economía nacional se encuentra en una grave crisis, el pesimismo se alimenta con incidentes anecdóticos y percepciones. En estas pláticas muchas veces soy acusado de ser, excesivamente, optimista cuando menciono que la situación no está tan mal como la perciben ellos. Tampoco considero que podemos lanzar las campanas al vuelo e ignorar que vivimos en un país profundamente desigual. Más allá de las experiencias cito datos como la inflación que en julio se ubicó en 2.65 por ciento a tasa anual, casi nunca hablo de la subyacente, también menciono datos como la venta de vehículos nuevos que en julio crecieron 17.9 por ciento anual o la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales con su 10 por ciento en ventas comparables.

Muchos de mis interlocutores y, también, en redes sociales consideran que los datos son manipulados por el gobierno y aunque explico que no podría existir una manipulación en las cifras que emergen de la ANTAD o la AMDA y menciono que es muy difícil falsear los números de la economía dado que los organismos internacionales y los empresarios señalan rápidamente a los gobiernos que incurren en ese tipo de prácticas, las miradas escépticas no ceden, pongo de ejemplo a Argentina con Cristina Fernández que, constantemente, era denunciada adentro y afuera de su país por manipular los datos de inflación y crecimiento.

Aunque es cierto que hay posibilidades de mejoras en la medición de la inflación y otros indicadores muchas personas insisten en que estos datos están, fuertemente, distorsionados, tampoco sirve de mucho compararnos con otros países de la región como Brasil, Argentina o Perú.

La duda es natural en un país que viene de un sistema en el que por generaciones el Presidente era el tamiz de todas las cifras y en el que, constantemente, de un día para otro se derrumbaba la ilusión de las cifras del gobierno con la realidad de una profunda crisis que de tajo socavaba la prosperidad de grandes sectores de la población. Aunque con mucho esfuerzo se ha construido la autonomía del Banco de México pocas veces se le distingue del gobierno federal, en cuanto al Inegi ayuda muy poco el último incidente del cambio de metodología en la medición de la pobreza, muy difícil explicar que la nueva medición es más acertada aunque la implantación fue, ciertamente, desastrosa y poco sensible al ánimo social que permea. Tampoco ayuda a resolver la disonancia que en ciertas áreas hay discrepancias y que en la comunicación del gobierno federal a veces se peca de un optimismo sistemático. Un buen ejemplo de ello es el ajuste al rango de crecimiento económico que anunció la Secretaría de Hacienda el lunes. La nueva perspectiva de la dependencia proyecta que México crecerá entre 2 por ciento y 2.6 por ciento, el anuncio se dio luego de que el Inegi difundiera el dato del Producto Interno Bruto correspondiente al segundo trimestre en cuyo comunicado se destacó un retroceso de 0.2 por ciento con datos desestacionalizados comparación trimestre a trimestre. La comparación anual con datos desestacionalizados reportada por el Inegi arroja un crecimiento de 1.5 por ciento, sin embargo, en la conferencia de prensa del cambio de perspectiva del rango de crecimiento, Hacienda comenzó destacando que: “El Inegi... nos comunicó que la economía tuvo un crecimiento positivo del 2.5 por ciento real anual. Este crecimiento fue mayor para el segundo trimestre de 2012 y superior a la estimación oportuna de 2.4 por ciento publicada por el Inegi; al primer semestre de 2016 el crecimiento del PIB fue de 2.5 por ciento anual…” Los datos son totalmente correctos aunque disonantes del comunicado del Inegi que comienza destacando el retroceso. La diferencia en los énfasis del dato es producto de la autonomía de la que goza el Inegi, lo que hay que aplaudir, no obstante, la comunicación de la dependencia genera disonancias por lo contrastante de los datos. Me preguntaban en la redacción ¿Por qué sí es el mejor segundo trimestre desde 2012, reducen la perspectiva de crecimiento?”. La disonancia no se da únicamente a nivel de indicadores simples, prueba de ello las observaciones de ayer del Imco, México ¿Cómo vamos?, IMEF, etcétera.

La perspectiva negativa que anunció ayer S&P Global Ratings da cuenta de que las finanzas públicas están, particularmente, bajo la lupa ante la coyuntura externa y las presiones sobre la evolución de la deuda. Los 12 nuevos indicadores de las finanzas públicas que se anunciaron el lunes son un paso positivo para reforzar la claridad y transparencia, valdría la pena un esfuerzo para disminuir la disonancia en la comunicación que se difunde para públicos más amplios.

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