El secretario del Trabajo ve la tempestad…

El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, ve la tempestad y no se hinca.

Mientras el gobierno de Peña Nieto vive la andanada de críticas en contra del aumento acelerado de la deuda pública, en un contexto de bajo crecimiento de los tres años, en un entorno donde el Presidente ha visto bajar su popularidad, en ese ambiente, Navarrete Prida se pone a festejar la pírrica elevación de 6% en los salarios mínimos durante el actual gobierno.

Es el colmo que el secretario del Trabajo festeje este aumento, cuando a todas luces se ha opuesto a elevar los salarios mínimos para llevarlos, siquiera, a la línea de la pobreza (hoy se encuentra en 73.04 pesos por día, cuando la línea de la pobreza para comprar lo básico está en 87 pesos).

QUÉ HACER CON SIETE MILLONES DE TRABAJADORES ¿FORMALES?

Hoy en día quien gana el salario mínimo ni siquiera puede subsistir, pues no puede comprar una canasta básica de bienes y servicios para salir de la pobreza.

En otras palabras, el salario mínimo, con los niveles actuales, garantiza que los trabajadores (alrededor de casi siete millones en México que lo perciben) se mantengan en la pobreza.

Ojo: No se trata de llevar los salarios a una espiral inflacionaria, porque no son salarios contractuales, no llegan ni siquiera a un nivel de salario formal para poder corregir la pobreza. En todo el mundo, los salarios mínimos suben por decreto, y claro que los contractuales deben elevarse por productividad, ganando la empresa y los trabajadores a la par.

¿QUÉ ESPERA? EL MÍNIMO YA SE DESINDEXÓ

Ahí están las propuestas del gobierno de Mancera, que fue el primero en separar los salarios mínimos de una unidad de cuenta, es decir, los minisalarios ya no están atados a multas o créditos hipotecarios, ya no son medida de cuenta. Se les eliminó la famosa indexación. Ahí están las invitaciones de Salomón Chertorivski, Patricia Mercado y otros funcionarios del gobierno capitalino al secretario del Trabajo para ya no poner trabas a la elevación de los salarios mínimos. Pero lo peor: ahí también están los mismos estímulos del gobierno de Peña Nieto, donde tuvo que ser el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien llevara la iniciativa para separar los salarios mínimos de multas, y así dejar vía libre para elevarlos.

CONASAMI, DEL PLEISTOCENO DE CHOQUES DE AJUSTE

Pero no, el secretario del Trabajo ha protegido, una y otra vez, a una Comisión Nacional de Salarios Mínimos que se quedó viviendo los tiempos de estabilización de los años noventa, que no sirve más que para anclar los salarios mínimos a un nivel por debajo de la pobreza, y donde juegan a que son inflacionarios. ¿Inflacionarios? En qué cree usted que pudiera gastar un trabajador con salario mínimo, en demandar tantos productos que eleven su precio, sí como no. Lo gastará en bienes y servicios básicos, que no son inflacionarios. En fin, el secretario del Trabajo ve la tempestad y trata de fintar con algo que no existe: una política salarial formal, donde los salarios contractuales sólo se eleven vía productividad, pero donde los salarios mínimos ya no sigan engañando al trabajador.

¿TÚ TAMBIÉN BANCO DE MÉXICO?

En las críticas a Hacienda por acelerar el ritmo del endeudamiento, también se suma el Banco de México.

Las agencias calificadoras, Standard & Poor’s, y después Moody’s, han criticado fuerte al país por lo rápido de su endeudamiento, que hoy se ubica en 45% del PIB. Incluso Standard & Poor’s hasta situó a México de estable a negativa su perspectiva crediticia.

Y llegó el Banco de México, sin quererlo, pues en las minutas de su última reunión de política monetaria, un tema que preocupó a los integrantes de la Junta de Gobierno fue la trayectoria actual y futura de las finanzas públicas, “principalmente ante la tendencia creciente del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público”, que es la medición más amplia de la deuda pública.