Así esta la economía en el cuarto año de EPN

Durante el sexenio, todo completo, de Felipe Calderón la economía aumentó 2.2%, y a esa misma tasa creció con Vicente Fox
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¿Cómo se ha comportado la economía?. Foto: Archivo
¿Cómo se ha comportado la economía?. Foto: Archivo
CIUDAD DE MÉXICO.- En el día después de Trump, Peña Nieto contará con el primero de septiembre, su día, para sacar a relucir su Informe del Gobierno, para presumir lo mejor de sí y de la economía. ¿Qué podríamos decir de su gestión económica en lo que llevamos de sexenio?

Crecimiento 

La economía no ha registrado el crecimiento presagiado, ése  5 o 6% que nos prometían, pero tampoco ha entrado en una grave recesión. En lo que llevamos de sexenio, entre 2013 y 2015, la economía mexicana se ha expandido 2.0%, una senda similar a la observada con presidentes previos. Durante el sexenio, todo completo, de Calderón la economía aumentó 2.2%, y a esa misma tasa creció durante el sexenio de Fox.
Con Zedillo, el PIB se incrementó a una tasa de 3.3%. Por tanto, en cuanto a crecimiento al menos, Peña Nieto no podrá decir que lo está haciendo mejor, pero tampoco peor: se ha mantenido a ese ritmo de 2% que a veces Videgaray ha considerado como “mediocre”. Eso sí, como atenuante pueden argumentar que al menos la economía mexicana no ha desbarrancado. El Banco Mundial, por ejemplo, prevéa que México crezca 2.5% este año, lo que contrasta con un desplome de 10.1% para Venezuela, de -4.0%, para Brasil o de -0.5% para Argentina. 
 

Industria vs. Servicios

Ahora bien, nunca ha logrado que toda la economía jale parejo, lo que ha obstaculizado el empeño del gobierno de generar tasas de crecimiento más elevadas. En el primer año, el 2013, la crisis de la construcción de vivienda, derivada del cambio de modelo inmobiliario y la consiguiente ruina de las grandes empresas constructoras (Homex, Urbi, Geo  y demás) junto con la supuesta lentitud para ejercer el presupuesto del gobierno en infraestructura deprimió a todo el sector secundario, mientras el sector de servicios, si bien perdía dinamismo respecto a los últimos años del sexenio de Calderón, lograba mantener a la economía a flote.
En el segundo año, 2014, superada la crisis de la construcción y alentado por el dinamismo de la manufactura y sus exportaciones a Estados Unidos, el sector secundario se revitalizó, pero el sector servicios recibió el impacto del aumento de impuestos de la Reforma Fiscal, lo que mermó la capacidad de compra de los mexicanos. En el tercer año, 2015, el sector servicios se revitalizó estimulado por el consumo privado doméstico y el turismo. La entrada de remesas familiares (cuyo valor en pesos se magnificó por la depreciación del peso), el dinamismo del crédito, la mejora del empleo y la capacidad de Banxico de mantener la inflación, junto con el flujo de visitantes extranjeros volvieron a impulsar al sector terciario. Sin embargo, la industria se volvió a deprimir como consecuencia del desplome del precio del petróleo y la consiguiente recesión en el sector de minería así como por el estancamiento de la manufactura mexicana, impactada por la baja actividad fabril en Estados Unidos resultado de la fortaleza del dólar y la debilidad de la demanda global. 
 

Empleo 

 
Lo que sí puede presumir Peña Nieto es de haber regresado el desempleo a niveles no vistos desde antes de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y el estallido de la crisis. Así, en julio, la tasa de desocupación, medido en su serie desestacionalizada, se redujo a 3.75%, la más baja desde junio de 2008 (3.61%). También puede jactarse de haber recortado, durante su sexenio, la tasa de informalidad, la de subocupación así como haber aumentado el trabajo asalariado. Sin embargo, también se ha producido un deterioro en la calidad de la condiciones de trabajo, al haber aumentado la tasa de empleo en condiciones críticas (los que trabajan menos de 35 horas contra sus deseos, o trabajan más de 35 horas por menos de un salario mínimo o más de 48 horas por hasta dos salarios mínimos). 
 

Remesas 

 
El sexenio también se está caracterizando por el milagro de las remesas, que cae como maná de Estados Unidos, y que está resultando crucial para contrarrestar, al menos de forma parcial, el retroceso de la entrada de divisas del petróleo junto con los ingresos por turismo. De enero a junio, el monto en dólares de las divisas por remesas alcanzó una cifra récord de 13,156 millones de dólares (mdd), y el de ingresos por viajeros internacionales de 10,063 mdd, muy por encima de las exportaciones petroleras (8,103 mdd).
 

Cuenta Corriente 

Aun así, el desplome de las exportaciones petroleras y la reciente contracción en las exportaciones manufactureras ha desembocado en un deterioro sustancial del déficit por cuenta corriente. En el primer trimestre de 2015, el déficit corriente se elevó al 3% del PIB y ha permanecido en torno a esos niveles durante el último año y medio. 
 

IED 

Los capitales de largo plazo han seguido afluyendo hacia México. En el 2013, gracias a la compra del Grupo Modelo por la belga AB InBev, alcanzó una cifra récord de 46,902 mdd. Pero más allá de esa operación excepcional, el flujo de IED ha permanecido vigoroso durante lo que llevamos de sexenio seducidos por la atracción del sector automotriz, el de telecomunicaciones y el petrolero, con Estados Unidos como principal país inversionistas. Dicho esto, el deterioro del déficit corriente ha provocado que el país cada vez sea más dependiente de los capitales de carácter más inestable y efímeros para financiar sus necesidades externas. 
 

Peso 

Esa mayor dependencia se ha dejado sentir sobre el peso mexicano. La expectativa de subidas de tasas en Estados Unidos ha significado la salida de inversiones de cartera de México, lo que se ha traducido en una depreciación del peso mexicano, lo que ha forzado al Banco de México (Banxico) a subir las tasas con el objetivo de retener los capitales y frenar la caída de la divisa. Al inicio del sexenio, la tasa se ubicaba en 4.5%, pero durante 2013 y 2014 se recortó a 3.0%. Ahora bien, la reciente presión sobre el peso forzó al Banxico a incrementar la tasa en 1.25 puntos porcentuales desde diciembre del año pasado al actual nivel de 4.25%. En lo que llevamos de sexenio, el peso se ha depreciado un 31.8% contra el dólar. Peor les fue al peso argentino (-67.1%), al rublo ruso (-53.4%), al rand sudafricano (-42.2%) o al real brasileño (-36.8%)
 

Balanza Fiscal 

A la pérdida de confianza en la economía mexicana ha contribuido, también, el deterioro de las cuentas públicas. A los esfuerzos de política fiscal expansiva de 2014 para reactivar la economía, junto con los problemas financieros de Pemex, y el aumento del costo del servicio de la deuda se ha unido el derrumbe de los ingresos petroleros. Afortunadamente, la Reforma Fiscal llegó en el momento más oportuno y los ingresos tributarios han cubierto buena parte del boquete junto con los remanentes del Banxico. Aun así, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) ha trepado de 37.7% del PIB en 2012 a un estimado de 50.5% del PIB al cierre de este año, lo que llevó a Standard &Poor’s a poner en perspectiva negativa la calidad de la deuda mexicana. 
 

Bolsa

La bolsa mexicana ha reflejado fielmente la situación de la economía mexicana. En pesos, y como reflejo de su lento pero continuo crecimiento, ha tocado en este agosto nuevos máximos históricos y ha avanzado 8.7% en lo que llevamos del sexenio. Pero en dólares, y como resultado del deterioro de algunos fundamentales, se ha hundido 25.5%
 
 
*Director de llamadinero.com  y profesor 
de la Facultad  de Economía de la UNAM

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