Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

10 Sep, 2016

Fragilidad presupuestal

Hay consenso en el diagnóstico que busca atender el presupuesto 2017, que implica que hay que frenar la evolución negativa de las finanzas públicas por el aumento de la deuda. El punto de inflexión más visible se dio hace unas semanas, cuando Standard & Poor’s colocó la calificación BBB+ de México en perspectiva negativa, un día después de que se diera a conocer el dato del PIB correspondiente al segundo trimestre con el consiguiente ajuste en el intervalo de crecimiento de la Secretaría de Hacienda. Meses antes, Moody’s ya había tomado una decisión similar, aunque en el caso de esta calificadora, el grado de inversión de México es A3. Fitch desde finales de julio mantuvo la perspectiva estable.

El paquete que se dio a conocer el jueves cumple con el objetivo de lograr el superávit para 2017 en el balance primario, luego de que en 2014 tuviera el peor nivel de déficit con 1.9%, lo que era aceptable en un escenario en el que el precio del petróleo no representaba un problema, el tipo de cambio tampoco y las reformas estructurales mantenían la expectativa de que darían resultados muy positivos en los años subsecuentes. En 2015, el balance primario mostró un déficit de 1.2%, lo que se atendió este año una vez que se formuló un presupuesto llamado base cero que logró reducir el déficit a 0.4 por ciento.

En el Paquete Económico 2017 se da un recorte adicional de 70 mil millones de pesos, que se suma a los 169 mil millones de pesos que se habían anunciado previamente, lo que lleva a un gran total de 239 mil millones de pesos. 

Lo planteado en el presupuesto 2017 es susceptible a la fragilidad debido a que supone escenarios positivos en un entorno de volatilidad e incertidumbre, basta ver los movimientos en los mercados que se dieron ayer ante el anuncio de un discurso no programado de uno de los banqueros centrales de la Fed y la expectativa que generaron las declaraciones de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, en cuanto a que no será necesaria una política monetaria más acomodaticia. Ayer, el tipo de cambio peso-dólar se deterioró 1.21%  ante la perspectiva de que la Fed aumente las tasas de interés, similar al real brasileño que perdió 1.86% y muy inferior al deterioro de 2.68% del peso colombiano.

El economista Jonathan Heath, me señalaba en entrevista, que si bien el intervalo de crecimiento que estableció Hacienda en el Paquete Económico 2017 se estabeció entre 2 y 3%, el número específico que apuntala el presupuesto es un crecimiento de 2.6% para el próximo año y de 2.4% para éste. Al menos el de 2016 es decididamente muy optimista. En el probable caso de que no ocurra el crecimiento proyectado, el presupuesto se tendría que transformar porque no sería fácil tener un aumento en la recaudación de 9.7% por concepto de IVA, ISR y IEPS. En donde sí hubo una proyección más cauta fue en la producción petrolera que se estimó en un millón 928 mil barriles de petróleo por día, mientras que la exportación sería de 771 mil barriles por día. El presupuesto es frágil aun descontando una recesión trumpiana, que sería catastrófica aun con el mejor presupuesto imaginable. 

No todo es fragilidad y hay puntos muy positivos, como los estímulos fiscales a la investigación y desarrollo de tecnología, así como la inversión en equipos de alimentación de vehículos eléctricos.

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