Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

12 Sep, 2016

Por el camino de la estabilidad

Es claro que Luis Videgaray no salió del equipo presidencial por errores económicos, porque hasta el último momento, que fue el presupuesto 2017, estuvo comprometido con la estabilidad de la economía.

No es culpable Videgaray de que la economía mexicana no crezca lo suficiente; tampoco es responsable de la depreciación del peso contra el dólar pero sí es el causante de que la estrategia económica para hacer frente a la caída en los precios y la producción petrolera haya sido exitosa; tanto, que para el próximo año el presupuesto proyecta un superávit primario; es decir, el gobierno gastará menos de lo que le ingresa, sin meter en la ecuación los intereses de la deuda.

Videgaray, como en su momento Agustín Carstens con la crisis mundial de 2008, hizo frente a una situación económica sumamente complicada: los ingresos petroleros, que representaban el 39% de los ingresos totales, se cayeron hasta significar sólo el 19%; la economía mundial entró en recesión y los precios de las materias primas se desplomaron también junto con el petróleo; las indecisiones de la Reserva Federal para mover su tasa de interés han creado un clima de inestabilidad financiera mundial que ha sido mortal para el peso y por ello se ha depreciado 40% frente al dólar.

México pudo haberse dejado llevar por esas turbulencias, pero por fortuna la apuesta fue otra y se prefirió por mantener los equilibrios fundamentales de la economía para evitar que la inflación se disparara y que la calificación sobre la deuda mexicana fuera disminuida lo que habría significado mayor pago de intereses. En realidad se eligió un camino difícil y poco popular, pero el único para evitar una profunda crisis económica.

Esa apuesta por la estabilidad empezó por las finanzas públicas. Se hizo una reforma tributaria en 2014 que, aunque equivocada en los fundamentos elevó la recaudación de impuestos, se hicieron recortes al presupuesto de egresos y se recurrió al endeudamiento para cubrir los faltantes. A estas alturas, ese camino sigue adelante con un recorte de 70 mil millones de pesos en el gasto de 2017, con un superávit en las finanzas públicas y con el freno al crecimiento de la deuda.

El planteamiento económico para el próximo año confirma una el compromiso de México con la estabilidad y es probable que despeje los nubarrones de la mente de las empresas calificadores.

A estas alturas de partido y por lo que resta de la actual administración en realidad no hay mucho más que hacer, ya que la solución definitiva, en forma de una reforma fiscal a fondo que haga más eficiente el gasto y permita aumentar los ingresos vía recaudación tributaria no transita en el actual escenario político.

La llegada de José Antonio Meade a la secretaría de Hacienda no hace sino reconfirmar la decisión de mantener los esfuerzos en favor de la estabilidad, de finanzas públicas sanas y de contención del endeudamiento.

Por eso para 2017 no se prometen resultados espectaculares: un crecimiento menor al deseable, pero crecimiento a fin de cuentas, una inflación estable y un tipo de cambio como factor de ajuste de las turbulencias.

No son resultados brillantes, pero con el panorama internacional y sin Reforma Fiscal de fondo es lo mejor a que se puede aspirar.

Hasta el próximo lunes con nuevas…Perspectivas.

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