Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

21 Sep, 2016

Games of Trump

Cada vez más personas piensan que el probable triunfo de Donald Trump en los comicios presidenciales de Estados Unidos debe considerarse muy en serio. Y, sin embargo, hay todavía quienes se lo toman a juego.

Entre estos últimos están Mike Lacher, Brian Moore, Chris Baker y Will Herring, integrantes de Working Not Working, una comunidad digital que pone en contacto a las compañías tecnológicas con creativos que ofrecen sus servicios como freelance, y quienes se asociaron para lanzar GOP Arcade, un ácido portal de videojuegos que satiriza los postulados más polémicos del Partido Republicano y a su candidato a la Casa Blanca.

Con un diseño gráfico inspirado en la ochentera estética de 8 bits, GOP Arcade fue lanzado en abril pasado con el propósito expreso de hacer un poco más disfrutable todo el alboroto que ronda a la actual campaña electoral. Y lo intenta con una plataforma web que incluye, hasta el momento, nueve pasatiempos que replican en tono burlón la mecánica de otros videojuegos ya conocidos. 

Entre ellos está Angry Olds, una parodia de Angry Birds sobre un grupo de ancianos blancos iracundos porque la economía está en ruinas, los inmigrantes tocan a sus puertas y los transexuales pretenden utilizar sus baños. Por ello, antes de morir, se disponen a salvar a su país... aunque en el camino tengan que arruinar a la siguiente generación.

Otro entretenido reto es Trump Toss, que invita al cibernauta a hacer grande a Estados Unidos otra vez. Para ello tiene que arrojar por encima de un muro el mayor número de inmigrantes que se pueda, los cuales están inequívocamente identificados con su sombrero mexicano. El competidor debe tener mucho cuidado de no deportar militares ni ciudadanos estadunidenses, lo cual podría reducir su barra de energía, que en este juego es el equivalente a la “grandeza”.

Trump’s Rampage invita a destruir al “establishment” mediante un juego de plataforma tipo Contra, en el que el magnate neoyorquino debe disparar contra varios “jefes” (entre ellos Abraham LincolnKarl Rove, Mitt Romney, Ted Cruz y la periodista Megyn Kelly) quienes son objeto de escarnio una vez que son eliminados. Si el participante pierde, se le reprocha haber dejado que las élites se salieran con la suya.

Entre las novedades que estarán disponibles próximamente destaca Super P. A. C. Man, cuyo título alude a los comités de acción política a los que recurren los candidatos para financiar sus campañas. Y por ello, el personaje principal es el remedo de una muy conocida esfera con ojos y boca que huye de unos fantasmas en un laberinto, pero que esta vez carga una bolsa de dinero.

GOP Arcade incluye una etiqueta que dice “rechazado por la App Store”, que no es una broma en estricto sentido. En efecto, el 3 de mayo, los desarrolladores –aglutinados bajo la marca Everyday Arcade– relataron en la página Medium su intento fallido por que Apple les permitiera publicar los juegos anteriormente referidos en una aplicación descargable para iOS.

Tras varias rondas de negociación, la compañía de la manzana declinó incluir en su catálogo la oferta de GOP Arcade, al considerar que resultaba ofensiva y podría generar rechazo por parte de los consumidores. El ofendido, según su alegato, no era Trump –y no podía serlo, cuando hay otros juegos en la App Store que se mofan de él con contenido escatológico– sino el inmigrante mexicano estereotipado en el juego.

Sin dejar de mostrar dolor por el rechazo, el texto cuestiona que se objetara también a Bomb the right place, en el que se deben atacar ciudades en un mapa pixeleado sin nombres ni ubicaciones precisas (de hecho, no importa si no se bombardea el lugar correcto, pues el enemigo de todas formas “captará el mensaje”). Los desarrolladores acusan falta de congruencia, pues hay otros juegos de guerra en 3D y ubicados en Cuba, Irán y Norcorea que sí pasaron el rigorista criterio de los evaluadores de Apple.

Quién sabe cuál sea el límite de sarcasmo que la App Store esté dispuesto a tolerar: por ejemplo, la semana pasada autorizó sin mayores problemas Jrump, un juego para iPhone diseñado por creativos neozelandeses que proponen mandar a Donald al espacio exterior brincando sobre muros, y donde los obstáculos son también inmigrantes mexicanos y científicos que combaten el calentamiento global. Y aquí nadie se dio por agraviado.

Al parecer, el verdadero reto para los creadores de juegos es pasar la prueba de la corrección política.  

marco.gonsen@gimm.com.mx

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