Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

24 Sep, 2016

Sofismas sobre presupuesto y deuda

Con la presentación del Paquete Económico para 2017 se han posicionado dos temas en el centro del debate político: el recorte al gasto y el endeudamiento del gobierno. En la columna argumento que la discusión parte de premisas falsas y por lo tanto lleva a conclusiones que también son falsas.  No hay un verdadero ejercicio de reflexión respecto al diagnóstico y a cómo corregir el rumbo.

En lo que respecta al recorte del presupuesto, se habla de un recorte importante, el cual es de alrededor de dos puntos del PIB. Poniendo en contexto este dato, es menor a la mitad del déficit total que ha tenido el gobierno los últimos dos años. Es decir, a pesar del esfuerzo no se está solucionando el problema.

Lo que se declara sobre lo grave del recorte lleva implícita una visión de que el nivel de gasto lleva muchos años constante, sin crecer y que va a ser una reducción que afecta la operación normal. Lo anterior es falso. El gasto lleva creciendo muchos años haciendo que el gobierno participe cada vez más en la economía.

De una manera muy simple se puede decir que el gasto ha estado en un proceso de “engordar” y hoy el gobierno tiene “sobrepeso” que le está empezando a afectar su “salud”. Lo que este presupuesto corrige es sólo parte de esos “kilitos de más” que se han ganado los últimos cuatro años. Hay otro análisis relevante que es el de los datos de los últimos años del presupuesto de egresos comparado con el gasto erogado. Consistentemente el segundo es mayor al primero. Es decir, la falta de disciplina también está en el Ejecutivo. La pregunta es: ¿qué señal creíble se puede dar para mandar el mensaje de que ya no será así?

Pasando a comentar sobre el déficit se dice que para 2017 se tendrá un superávit primario. Lo que se debe entender es si éste es por convicción o por fuerza. Explicando de una manera muy simple la contabilidad del Gobierno el superávit primario son los ingresos menos los gastos sin incluir el costo financiero de la deuda. El déficit total si considera el rubro anterior.
      La consecuencia del aumento en el endeudamiento es que el costo financiero ha venido creciendo los últimos ocho años. Para 2017 y los años que vienen si se quiere mantener un nivel de déficit total objetivo se tendrá que tener un superávit que sea importante.

Por lo tanto, este anunció del superávit es bueno, pero no tan bueno, ya que es un reflejo de la debilidad de las finanzas públicas. México hoy está en una coyuntura que si no tiene superávits primarios puede entrar en una trayectoria de deuda que se vuelva no sostenible.

Con lo anterior pasamos al tema del endeudamiento. De la discusión parece que el tema del endeudamiento nos tomó por sorpresa. Cuando uno revisa los datos históricos esto no es cierto. Año con año se han solicitado montos de endeudamiento importante.

El otro tema es que hoy estamos en una situación de poca credibilidad. Desde finales de 2012, el gobierno ha defendido que el déficit era temporal y que la deuda como proporción del PIB se estabilizaría. La trayectoria real ha sido totalmente distinta a la proyectada. Esto nos permite entender porqué la duda de tantos participantes del mercado respecto de la promesa de estabilización de la deuda. Concluyendo, México ha transitado por el camino de la falta de responsabilidad fiscal. Este camino no ha aportado mayor crecimiento al país. Hoy se debe reconocer esta situación y corregir el rumbo. Para hacerlo se debe primero aceptar el problema y luego actuar. Las premisas falsas son un síntoma de no aceptación de la realidad.

                *Director general del FUNDEF

                guillermozamarripa@itam.mx

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