David Páramo

Análisis superior

David Páramo

26 Sep, 2016

Los lemmini económicos

Hay una gran cantidad de mexicanos que se están comportando como lemmini, una tribu de roedores quienes con cierta frecuencia se lanzan masivamente al precipicio para suicidarse colectivamente.

En materia económica, hay un fenómeno similar. La corriente mayoritaria está totalmente y absolutamente equivocada (como suele ocurrir con las masas) cuando dice que la economía mexicana se encuentra en crisis, puesto que la depreciación del peso frente al dólar produce una escalada de precios.

En los últimos días he documentado cómo hay mexicanos que con un deseo enfermizo quieren que fracase la política económica del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, como si eso fuera a mejorar sus niveles de vida.

Cierran los ojos a datos duros como la inflación, que no sólo ha estado ya 17 meses por debajo de la meta de largo plazo del Banco de México, sino que en la primera quincena de septiembre registró su segundo mínimo histórico.

Hablan en términos de caída en el poder adquisitivo con lugares comunes como que todo está por las nubes o ya no alcanza el salario cuando los datos inobjetables les desmienten. Inegi informó el viernes que las ventas al mayoreo crecieron en junio a una tasa anual del 2.5% y al menudeo en 7.9 por ciento.

Esto sólo puede darse como resultado de la mezcla entre una baja inflación, crecimiento en el empleo a más de 2.2 millones de nuevos afiliados al IMSS y el crecimiento de la economía a una tasa superior al 2%, que compara muy favorablemente en contra de la caída de más del 3% de la economía de Brasil.

CHANTAJE

Prefieren creer, como quien adora a un becerro de oro, especulaciones infundadas como las de Manuel Herrera, presidente de Concamin, o la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias.

Esta agrupación que tiene cinco mil 600 afiliados, es decir, representa a poco más del 9% del sector que tiene más de 70 mil participantes, alcanzó cinco minutos de fama cuando anunció que tienen intención de violar las leyes que regulan la Comisión Federal de Competencia Económica y la Procuraduría Federal del Consumidor.

Este gremio dijo que aumentarán los precios 35% a partir del 1 de octubre porque les han subido los insumos y muchos los vieron como héroes o la confirmación de que las masivas y autoalimentadas imaginaciones son reales: la tierra no gira en torno al sol.

Ya ve que los sicarios de las redes sociales o los revolucionarios desde Starbucks (porque tienen muy buen internet gratuito) están más interesados en linchar a tuitazos y feisbucazos a quienes no les dicen lo que ellos esperan, que en estar realmente informados y sólo después tener un criterio propio.

Las declaraciones de esta unión no sólo plantean un intento de violar la ley en contra de los consumidores, sino un absurdo en materia de competencia. Si el resto de las farmacias mantiene los precios o, incluso, hace promociones en determinados productos simple y sencillamente se quedarán con el mercado de los que pretenden agandallar con la situación.

Los consumidores, en términos mayoritarios, no son tontos y desde la apertura de la economía han aprendido el arte de comparar precios, de elegir a proveedores crecientes en el mercado.

En el país no sólo hay un gran número de farmacias que tienen capacidades económicas muy diversas, puesto que no es lo mismo el establecimiento de la esquina que grandes cadenas nacionales o incluso dentro de tiendas de autoservicio o departamentales.

También hay una gran competencia en productos en gran medida por la decisión de la autoridad de impulsar el uso de productos genéricos que ha generado una gran competencia en favor de los consumidores.

TIEMPO

Hay una segunda vertiente de lemminis, aquellos quienes tratan de minimizar la importancia de la baja inflación hablando de algunos temas que si bien son importantes áreas de oportunidad no tienen un impacto tan directo en los niveles de vida de la población o, simplemente, perdiéndose en vericuetos para no reconocer la realidad.

La segunda es igual de simplona. Reconocen que la inflación se encuentra muy baja y, como siguen anclados en el símbolo de la paridad peso-dólar, sus especulaciones van en preguntarse cuánto más durará la inflación baja.

El consenso de los analistas es que al final de este año estará en la banda del 3%, es decir, en el centro de la meta del Banco de México y que todavía hay un punto hacia arriba antes de sentir una verdadera preocupación económica.

Por lo demás, vale la pena preguntar: ¿dónde estaban estos críticos en 2014, cuando la inflación estaba por encima del 4 por ciento?

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube