Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

12 Oct, 2016

Meade es confiable

Los principales líderes de las organizaciones financieras internacionales expresaron su respaldo a la gestión del secretario José Antonio Meade al frente de la Secretaría de Hacienda. La razón es coincidente: se conoce su actuación, es un funcionario probado que ha impulsado una política económica que blinda a la economía mexicana de un entorno internacional complejo y volátil. Su tránsito por Sedesol logró lo que nunca se había hecho: integrar y documentar el padrón de pobreza con montos y estados de cuenta entregados por beneficiario.

En Washington, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, destacaron el papel relevante del secretario Meade al frente de las finanzas nacionales. El secretario del Tesoro, Jack Lewis, sabe que los temas de banca corresponsal, supervisión compartida y seguridad financiera son garantía de coordinación con Meade. Y apenas este lunes y martes en México, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, también le reiteró su apoyo y resaltó que “México ha respondido de manera muy importante y oportuna a las amenazas que vienen de fuera”.

Meade no es un improvisado en el tema, su formación como economista y su trayectoria hacendaria le dan las tablas para dirigir una de las economías más grandes del mundo. Al secretario de Hacienda se le conoce como un buen negociador y eso lo demostró en su paso por la cancillería mexicana, donde logró consolidar la relación con un importante número de países, no sólo del hemisferio occidental, sino con los de Asia Pacífico e, incluso, de Oriente Medio.

Su labor en la diplomacia financiera le ha dado una reputación internacional bien ganada, es un hombre que sonríe, pero muy pocos saben qué tan firme pone la pierna cuando se trata de ser parejo o de comunicar lo intransitable. Lo transitable lo revisa, como puede ser el caso de la propuesta que incluyó el paquete en la Ley del ISR que cambió la metodología de cálculo para definir la tasa de retención del impuesto sobre el ahorro financiero. Da como resultado que se incremente de 0.50 a 0.56, porque uno de los factores utilizados para el cálculo es el uso de la tasa máxima de retención del Impuesto a personas físicas que es de 35 por ciento.

Si considera, y eso lo conoce tanto el secretario Meade como la subsecretaria del ramo, Vanessa Rubio, que 98% de las cuentas de ahorro es inferior a 400 mil pesos (el ahorro barato, la captación en cuentas corrientes) y el hecho de que una muy buena parte de los ahorradores no forman parte del universo que acredita la retención en el pago anual del ISR porque gana menos de esa cantidad, evidentemente se darán cuenta de que es una elevación indirecta del impuesto, se graba al ahorro en lugar de estimularlo y se propicia inequidad porque no todos los mexicanos pagan tasa de 35% en ISR, ¿o sí?
      En fin, a un mes de tomar el cargo, a pesar de la tormenta internacional que le ha tocado vivir, el secretario Meade ha sido firme en sus objetivos de mantener unas finanzas públicas sanas, reducir la deuda pública y que México siga creciendo en el corto plazo. Por ello está comprometido con el tránsito del Paquete Económico 2017, con el que se busca contener la dinámica de crecimiento que tenía el déficit presupuestal y la deuda pública, pero no a costa de romper con acuerdos básicos con el sector privado.

Hoy el CCE, que encabeza Juan Pablo Castañón, y los representantes del sector financiero en él como la AMIB, que preside José Méndez Fabre, y la ABM, que lidera Luis Robles, están justamente llevando el tema ante las Comisiones de Hacienda de la Cámara de Senadores, que preside José Francisco Yunes, y de Diputados, a cargo de Gina Cruz Blackledge, pero el oído más receptivo saben que es el del secretario Meade.

DE FONDOS A FONDO

Todo empresario sabe que una marca es quizá, junto con sus colaboradores, el más valioso activo en una organización. Por eso, cualquier cambio en el manejo o presencia de la marca significa un reto que  requiere  la mayor solidez por parte de quienes dirigen las empresas en México y en cualquier lugar del mundo. Tomar una decisión al respecto requiere una investigación muy profesional amplia y una gran visión de mediano y largo plazo.De ese tamaño es lo que acaba de ocurrir en el Banco de México. Esa emblemática empresa  acaba de recibir un compromiso de inversión por parte de su matriz, Citi global, por más de 25 mil millones de pesos en los próximos cuatro años, adicional a lo anunciado por 20 mil millones en 2014. De esa manera, Citi muestra su compromiso con México para transformar las operaciones del banco y convertirlo de nuevo en el referente de la banca nacional: Ernesto Torres y su equipo se comprometen a asumir un reto que es el mayor pendiente en todas las instituciones financieras de nuestro país: dar la mejor experiencia bancaria en México. Una experiencia  que de verdad satisfaga las necesidades actuales y futuras de sus más de 20 millones de clientes, y que conjunte la vanguardia tecnológica con la mejor atención personal, desde el momento de la venta hasta la conclusión del ciclo de vida de cada uno de sus productos y servicios. Ese compromiso es lo que hay detrás del cambio del nombre comercial a Citibanamex. Ni más ni menos. ¿Por qué hoy y no hace 15 años cuando ocurrió la integración de Banamex a Citi? Muy sencillo: porque hoy no hay mejor manera de expresar ese compromiso que unir dos marcas líderes en lo global y lo nacional en su sector. Y de allí el lema: lo mejor de México, lo mejor del mundo. Una promesa a la que habrá que dar puntual seguimiento.

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