Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

12 Oct, 2016

4chan

Milo Yiannopoulos es la perfecta personificación del troll, un personaje que hace todo lo posible por darse a odiar, enarbolador de un discurso pretendidamente satírico y de anticorrección política, pero agresivo con las mujeres y de tintes racistas que le ha costado más de una reprimenda pública. Es decir: es el mejor ejemplo de la existencia de la libertad de expresión, y también de sus peores excesos.

Radicado en Inglaterra, de origen griego, Yiannopoulos escribe de tecnología en el portal de noticias conservador Breitbart, aunque uno de sus post más recientes es la transcripción de una conferencia en la que confiesa las 10 cosas que odia del Islam, y en el que comienza diciendo que uno de sus objetivos es hacerse acreedor a una fatwa (en alusión a la condena a muerte dictada contra el novelista Salman Rushdie), lo cual logrará si hace su “trabajo” apropiadamente.

A Milo se le identifica con la corriente “Alt-right”, algo así como “alternativa de derecha”, que no deja de sonar a parodia del modo como suelen llamarse a sí mismas las corrientes de izquierda. Este movimiento, aparentemente minoritario, pero muy ruidoso, cobró notoriedad con la candidatura de Donald Trump –con la que simpatiza– y se volvió viral gracias al meme Pepe The Frog, una horrible rana de caricatura utilizada para hacer chistes discriminatorios y antisemitas, y que acaba de ser incluida en la lista de símbolos de odio que elabora la Anti-Defamation League, al lado de la bandera confederada, las cruces ardientes del Ku Klux Klan y la esvástica nazi.

Como señala la ADL en la ficha respectiva, Pepe The Frog nació como un inocente personaje de comic en 2005, pero adquirió su siniestra personalidad de símbolo de la supremacía blanca en 4chan, una comunidad cibernética que acaba de cumplir 13 años y que, desde su origen, está asociada con numerosas polémicas, como la difusión en 2008 de un rumor sobre la presunta muerte de Steve Jobs –que causó una severa caída en las acciones de Apple– y el Celebgate de 2014, cuando se publicaron cientos de fotos de estrellas de Hollywood desnudas.

No extraña, pues, que Yiannopoulos se haya ofrecido como comprador de 4chan, ahora que este sitio pasa por problemas económicos que amenazan su existencia, tal y como reportó su propietario, el japonés Hiroyuki Nishimura, en un post publicado el 2 de octubre y que posteriormente borró. De acuerdo con una nota de The Hollywood Reporter del pasado sábado, Milo planea asociarse con un inversionista rico para salvar ese peculiar ecosistema digital y mantenerlo como un paraíso de la libre expresión, sin condicionantes ni peros.

Y es que, con los estándares actuales del diseño, 4chan es un portal feo: la versión digital de una tabla de corcho en la que cualquier persona puede pegar la imagen que se le dé la gana de manera anónima, sin que se necesite siquiera abrir una cuenta. Y al igual que Pepe The Frog, tampoco nació con la vocación de ser vehículo para contenidos perturbadores (o, en el otro extremo, menos aún pretendió ser la cuna del movimiento activista Anonymous).

4chan fue lanzado el 1 de octubre de 2013 por el joven neoyorquino Chris Poole, que en ese momento tenía 15 años y sólo pretendía crear una versión del sitio japonés Futaba Channel, y como éste, estaba destinado originalmente a ser un espacio de encuentro para fanáticos de la cultura popular nipona. Con el tiempo se multiplicó la variedad de tópicos y es considerado la incubadora de célebres memes, algunos simpáticos como el Rickrolling, consistente en engañar a incautos que buscan contenidos morbosos y se topan con un videoclip de Rick Astley, y otros no tanto como Pedobear, un oso animado de conducta inapropiada.

Poole, conocido también por su alias Moot y llamado por la revista Rolling Stone como el “Mark Zuckerberg del internet subterráneo”, dejó de moderar 4chan en enero de 2015 y en septiembre de ese año lo vendió a Nishimura, quien no sólo no pudo hallar una fórmula eficaz para financiar el foro virtual, cuyos contenidos controversiales ahuyentan al anunciante convencional.

En tanto se sabe si Yiannopoulos concreta su intención de adquirir 4chan, por lo pronto Twitter ya le puso un alto cancelando definitivamente su cuenta en esa red social, como castigo por el ciberacoso ejercido contra la actriz Leslie Jones, protagonista de la versión femenina de Ghostbusters. Y es que más vale no tratar las capuchas del KKK como si fueran inofensivos fantasmas.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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