David Páramo

Análisis superior

David Páramo

20 Oct, 2016

A ver si ahora

La Comisión Federal de Competencia Económica ha hecho un trabajo bastante pobre para cumplir con su misión. La diferencia es abismal si se analiza frente al Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Mientras la comisión encabezada por Alejandra Palacios va de frivolidad en frivolidad, la presidida por Gabriel Contreras tiene una gran cantidad de éxitos a favor de los consumidores. A las dos se les dieron las mismas herramientas, pero los primeros han desperdiciado los talentos y los otros han retribuido de buena manera a la sociedad.

El lugar común dice que la esperanza es lo último que se pierde y bajo este principio debe analizarse la publicación de ayer en el Diario Oficial de la Federación, según la cual la Cofece investigará prácticas monopólicas en el negocio de las medicinas en México.

Palacios dijo que investigarán porque entre 2010 y este año los precios de las medicinas han crecido 10% más que la inflación, lo que da indicios de prácticas según las cuales podrían existir acuerdos ilegales para subir los precios.

La investigación tiene como objetivo analizar las cadenas de producción, distribución y comercialización de productos que se mueven en el sector salud.

En marzo informé en esta columna que comercializadoras, farmacéuticas y laboratorios estaban coludidos para aumentar los precios en las licitaciones que organiza el Instituto Mexicano del Seguro Social para el sector salud, así como el reparto de regiones para operar de manera exclusiva. Adicionalmente, que existían acuerdos con laboratorios para negar o escatimar cartas a quienes no fueran parte del convenio ilegal.

Pocos días después de que hice estas revelaciones aparecieron en las redes sociales audios que confirmaban la veracidad de nuestros dichos y que, en algunos casos, fueron confirmados por los propios implicados.

Ante esta realidad, el IMSS no únicamente dio vista a su Órgano Interno de Control sino a la Cofece que, según parece, hasta ayer no había tomado acciones.

La decisión del equipo de Mikel Arriola fue la correcta en por lo menos dos sentidos: no se premió a los posibles responsables de las prácticas indebidas postergando la licitación y logrando disminuciones en los precios.

De hecho, las tradicionales prácticas de colusión en estas licitaciones deberán tender a disminuir en la medida en que el IMSS ha dejado claro que, por lo menos, por ellos no podrán pasar.

MARZAM

En esta misma columna también denuncié que se habían dado prácticas indebidas en la operación a través de la cual Marzam habría engañado a la autoridad para hacerse de la mayoría del mercado de medicinas en el país, mediante un esquema de puentes para fingir la operación.

La filtración de los llamados Panama Papers confirmó una serie de actos ilegales que, evidentemente, siguen siendo negados por los imputados, pero que a no dudar deben ser una de las partes de la investigación que anunció el organismo que preside Palacios.

A juzgar por la historia, que Nadro y Marzam revelaran libremente lo que hicieron sería casi tan sorprendente como que el Asesino del zodiaco confesara sus crímenes en televisión.

Aquí será necesario determinar cómo, utilizando una compleja estructura legal que pasó por Panamá, Nadro y Marzam, como un monstruo de dos cabezas, se hicieron del control del mercado engañando a la autoridad, así como el impacto que tiene en el nivel general de precios que, al final, es lo más imporante.

ALZA COORDINADA

Otro de los temas que deben ser analizados dentro de la investigación de la Cofece es el anuncio que hizo una agrupación minoritaria de empresarios de farmacias en el sentido de que a partir del primero de octubre los precios de las medicinas subirían 50 por ciento.

Evidentemente se trataba de una locura engaña chairos, pero también la confesión de un delito en contra de la competencia económica y los mejores intereses de los consumidores.

De acuerdo con el Inegi, sólo dos o tres productos han subido 50% de precio en el último año y, ninguno de ellos, debe ser considerado de primera necesidad: se trata de un laxante y un medicamento que estimula la erección del pene. Ambos tienen una gran cantidad de sucedáneos de menor precio dentro del mercado.

De hecho, la inmensa mayoría de los medicamentos que son considerados por el Inegi han mantenido su precio durante el año o lo han disminuido, algunos de ellos con bajas de precio superior a 10 por ciento.

Aquí es necesario dejar claro que el promedio es superior al índice general de precios, lo que es sospechoso para la autoridad.

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