Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

1 Nov, 2016

Un inglés apasionado del Mar de Cortés

LA PAZ.- Si hay un segmento dentro del mercado de los viajeros internacionales al que se describe como “apasionados de México”, Jeffrey Curtis, quien fundó United Investments, podría aplicar para una categoría más alta.

Hace unos 10 años, este inglés, quien ya estaba entrando a la etapa del retiro, llegó a La Paz para visitar a su hijo, quien tiene una tienda de buceo en ésta que es la puerta a las Islas del Mar de Cortés, patrimonio mundial de la Unesco.

Fue así como descubrió una propiedad junto a una de las playas más espectaculares de La Paz, El Caimancito.

De agua color azul cielo que llega a las rodillas 100 metros adentro y con una vista espectacular a las montañas de Baja California, se trata de un pequeño paraíso cuya propiedad adjunta adquirió por 50 millones de pesos de 2006.

Aunque fueron las propias autoridades locales quienes le ayudaron a cerrar la operación, allí comenzó un largo proceso en el que se enfrentó con la terrible burocracia mexicana, que en vez de facilitarle el camino, por decir algo, se lo “llenaron de piedritas”.

“Soy inglés y nosotros hemos peleado guerras y nunca nos rendimos”, dice este paisano de Sir Winston Churchill, el aristócrata que cavó la tumba de Hitler.

La situación fue más allá de los temas gubernamentales y como su idea fue construir un conjunto de 21 propiedades, literalmente hechas a mano, incluso tuvo que establecer en La Paz una fábrica de puertas de madera que cumpliera con los estándares que había planeado.

En esos 10 años también tuvo que aliarse con otros dos inversionistas y hoy ya han vendido siete casas con precios que van de uno a 3.5 millones de dólares.

Lo más sorprendente de la historia es que a pesar del largo y tortuoso recorrido, Curtis asegura que México es el país más sorprendente y fascinante que conoce.

También asegura que el futuro está aquí y que hoy a los 73 años se siente vital, precisamente por haber elegido a La Paz como el lugar de su residencia.

Allí piensa morir y por lo pronto disfruta al descubrir que otros inversionistas, sobre todo de Estados Unidos, han comprado su idea y ya tienen una propiedad en Playa de La Paz.

Ciertamente es admirable que haya personajes como Curtis, aunque las autoridades podrían poner de su parte para facilitar la llegada de estos emprendedores que creen en México.

DIVISADERO

Club Med. Sin duda esta compañía francesa, que dirige en México Sandra Hernández, ha hecho un esfuerzo relevante de relaciones públicas para posicionarse como una empresa de turismo familiar y no de setenteros de pelo largo como fue en el pasado.

Aunque están en Cancún y en Ixtapa Zihuatanejo, sus ocupaciones anuales no llegan al 70% y ya hay cierta preocupación de sus jefes.

Quizá algunos errores en la estrategia comercial provienen de su agencia de publicidad, Iluminación Marketing, que además es propiedad de su exesposo Frank Tamayo, algo que seguramente no saben los galos, pues no va muy acorde con las prácticas comerciales de ese país.

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