Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

5 Nov, 2016

Educación dual

Ayer concluyó la visita de Estado del presidente de la Confederación Suiza, Johann Schneider-Ammánn, y además de los cinco acuerdos que se firmaron con el gobierno de la República, así como las inversiones de cerca de 200 millones de dólares de las empresas Helvéticas en México, uno de los temas importantes que el líder de la nación europea buscó impulsar es el sistema de educación dual. La semana pasada escribí que el presidente suizo se jacta de que su hija no fue a la universidad reflejando el valor que le dan en esa nación a la educación técnica.

Aunque intelectualmente había comprendido las bondades del esquema educativo suizo pude apreciar en los días posteriores a la entrevista Schneider-Ammánn el alcance y la profundidad del sistema, debido a que pude conocer a varios grupos de jóvenes que participaban en este esquema educativo en distintos ámbitos, desde el sector financiero hasta el sector manufacturero.

Me impresionó un joven de escasos 17 años que mostraba un sistema de circuitos que había creado para abrir y cerrar puertas de manera automática; en un inglés bastante aceptable explicaba que le pidieron hacer el circuito sin darle mayor instrucción inicial y que con su ingenio y algo de mentoría lo había logrado en unas semanas. Más tarde otro joven señalaba cómo habían logrado soluciones para un sofisticado robot de ABB. En otro piso del edificio que visitamos, un adolescente de 16 años programaba una máquina troqueladora, otro más nos explicaba cómo diseñaron e imprimieron en 3D un aditamento para sostener un celular.

Dichos estudiantes que estaban a nivel equivalente en México de tercero de secundaria y primero de prepa trabajan con Libs, una compañía sin fines de lucro fondeada por el ecosistema de empresas manufactureras suizas o con presencia en ese país como ABB, GE, Bombardier, Leica, entre muchas otras.

La escuela es supervisada por el gobierno local y los estudiantes reciben un diploma con validez oficial. Bajo este esquema, un joven de 19 o 20 años es un veterano de procesos complejos de manufactura o finanzas o servicios.

El CEO de Libs, Ingo Fritschi, reflexionaba que aunque Suiza es un país muy caro para producir por el costo de la mano de obra sigue siendo muy competitivo, hay que pensar que un joven a los 27 años ya acumula una experiencia de diez años en procesos de manufactura complejos acompañados de una formación académica sólida. Me atrevo a pensar que superan con creces a un ingeniero industrial de la misma edad con tres años de experiencia de casi cualquier país del mundo. Una dimensión adicional del modelo tiene que ver con la autoestima que genera en los jóvenes el hecho de que se pueden volver independientes de sus padres a los 19 años con un sueldo que les permite vivir muy dignamente.

Los que continúan su educación en la universidad tienen una formación muy sólida, hay que proyectar la diferencia de un ingeniero tradicional que se gradúa a los 24 años en México y uno de la misma edad suizo que ya pasó tres años en el piso de manufactura resolviendo problemas complejos, a lo que hay que sumar una educación de excelencia.

Los suizos saben que sus condiciones y su sistema educativo obedece a condiciones muy específicas, pero un esquema adaptado a México permitiría ahorrarles a las empresas altos costos en la formación y retención de talento, generaría más excelencia a la ya de por sí buena capacidad de manufactura en nuestro país y con el tiempo habría compañías innovadoras, empresas como Nestlé han empezado a dar algunos pasos.

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