Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

7 Nov, 2016

Quieren medio enderezar a Pemex

Por fin, el gobierno se decidió a meterle mano a Pemex y anunció acciones que se debieron haber hecho hace décadas, pero que, en la borrachera de la bonanza petrolera, nadie tuvo interés en hacer.

Habrá que decir que esto no sólo pasó en Pemex, sino en el país en general, ya que los abundantes ingresos petroleros hicieron de los gobiernos mexicanos entes muy gastalones, poco o nada responsables e incapaces de hacer ajustes cuando las cosas no van bien.

No fue sino hasta que se desplomaron los precios del petróleo y se cayó la producción de crudo, cuando se hizo la reforma tributaria, se hicieron ajustes al gasto, aún insuficientes; cuando se empujaron reformas estructurales pospuestas por décadas y cuando se les ocurrió que habría que meterle la mano a una empresa que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza y que mete en problemas las finanzas públicas.

Y aunque todos estos pasos son en la dirección correcta, aún falta mucho por avanzar para salir de la cruda de la borrachera petrolera y lograr una economía con una tasa sostenida de crecimiento de cuando menos 5% anual, si se quiere en verdad revertir la pobreza y la desigualdad que caracterizan a México.

El plan de negocios de Pemex de 2016-2021 promete que, entre cinco y diez años, Pemex reducirá sus pérdidas, racionalizará sus operaciones, buscará socios que le ayuden a realizar sus tareas y, en suma, bajar sus pérdidas de 500 mil a 150 mil millones. Y Pemex Transformación Industrial pasará de un déficit de 100 mil millones a un saldo a favor de 30 mil millones de pesos, ¡¡¡¡¡¡en 2025!!!!!

En esencia, lo que proponen con Pemex es realizar ajustes administrativos que le permitan tener ahorros y reconocer que, cuando menos en los siguientes cinco años, ni subirá el precio del petróleo ni aumentará la producción más allá de los dos millones de barriles por día.
Es verdad que la Reforma Energética abre la puerta para que Pemex dé pasos que tenía prohibidos, como la asociación con otras empresas; sin embargo, aunque el plan que ahora tiene Pemex es inédito en la paraestatal, también habrá que reconocer que es tímido, de cortos alcances y no aprovecha por completo la puerta que le abre la Reforma Energética.

Porque no es una maravilla decir que en lugar de perder 500 mil millones va a perder sólo 150 mil millones, que es mucho más que el presupuesto anual de más de la mitad de los estados; en cinco años la empresa no debiera tener pérdidas o que Pemex Transformación Industrial tendrá ganancias dentro de ocho o nueve años.

México no puede, no debe, darse el lujo de tener una paraestatal, así sea Pemex, que pierde 150 mil millones de pesos anuales ni esperarse casi una década a que una de las subsidiarias se enderece.

La empresa puede vender activos que no son indispensables para su operación; puede asociarse con otras empresas, nacionales o extranjeras, para ser más eficiente.

Pemex necesita que le metan la mano a fondo; que haya un compromiso claro para que la empresa no sea una carga para las finanzas nacionales. En buena medida ese fue uno de los propósitos de la Reforma Energética. Y debe cumplirse.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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