El "turbio" origen de la fortuna del abuelo de Donald Trump

CIUDAD DE MÉXICO.- Ahora que el empresario Donald Trump es presidente de Estados Unidos, vale la pena conocer un poco más sobre su historia, su fortuna y su origen.

Resulta que el republicano podría haber heredado la filosofía, la habilidad de hacer negocios y aprovechar oportunidades de su abuelo Friedrich Trumpf, quien, como muchos inmigrantes de esa época y de la actualidad, llegó al "nuevo continente" para perseguir nuevas oportunidades.

De origen alemán, el abuelo Trump, dejó la aldea vitivinícola de Kallstadt y su trabajo como aprendiz de barbero, para buscar fortuna en Estados Unidos en 1885, y llegó a Manhattan, Nueva York, a la edad de 16 años; explicó en el sitio politico.com Gwenda Blair, autora de la biografía The Trumps.

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Atraído por la oportunidad de encontrar fortuna durante la fiebre del oro a finales de 1800, ya con 22 años de edad, la nacionalidad estadounidense y un sutil cambio de nombre como Frederick Trump, se hizo propietario de un restaurante-bar en Seattle; al cual le cambió el nombre de "Poodle Dog" por el de "Dairy Restaurant", donde ofrecía comida, alcohol y anunciaba "habitaciones privadas para damas", que era un eufemismo para referirse a prostitución.

Luego de vender aquel restaurante y atraído por rumores de la aparición de nuevos depósitos de oro y plata, donde el millonario John D. Rockefeller invertiría en una operación minera, el joven empresario adquirió un terreno en Monte Cristo, un pueblo al norte de Seattle, para crear su primer hotel donde los buscadores de oro serían "la mina" que él explotaría.

Sin embargo, la operación de compra de los terrenos en donde tenía su establecimiento estuvo rodeada de diversos problemas legales.

Justo antes de que el negocio minero se viniera abajo y Rockefeller decidiera retirar sus inversiones, el naturalizado estadounidense también prefirió vender sus propiedades, para luego trasladarse a la región de Klondike, en Yukon, Canadá, muy cerca de Alaska, donde repitió la fórmula de su negocio de ofrecer alojamiento, comida, licor, servicio de mujeres y además una balanza para que los cazadores de oro pesaran sus ganancias, en el Restaurante Hotel New Artic, en Bennett, British Columbia.

Según Blair, tras vender otra vez sus negocios, en 1901 Frederick Trump regresó a su aldea natal, donde se casaría con Elizabeth Christ, la hija de unos vecinos de su familia y se regresó a Nueva York, donde se dedicó a trabajar como barbero y gerente de un hotel-restaurante.

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Ahí tuvieron a su primera hija, Elizabeth, pero al enfermar su esposa, decidieron regresar a Alemania en 1894.

Sin embargo, el gobierno germano consideró que el abuelo Trump, con su aventura en Estados Unidos, sólo pretendía evitar el servicio militar que en ese entonces podía hacer hasta los 35 años, de modo que le retiró la ciudadanía y lo mandó de vuelta a Estados Unidos en 1905, con su esposa embarazada, que daría a luz en Nueva York a Frederick, padre de Donald, y luego a John.

Finalmente, el abuelo del presidente electo estadounidense falleció a la edad de 49 años, en Queens, durante la epidemia de gripe española. Su esposa Elizabeth usó su herencia para continuar el negocio inmobiliario con la ayuda de su hijo mayor y el padre de quien venciera a Hillary Clinton hace unos días.

Cabe recordar que durante la campaña electoral, Donald Trump entregó documentos financieros a los reguladores federales y reveló que contaba con una fortuna personal superior a los 10,000 millones de dólares y un ingreso anual de por lo menos 362 millones, que equivale a un millón de dólares diarios.

Sin embargo diversos medios especializados que han estudiado las finanzas del empresario difieren en el valor real de su fortuna.

kgb