Serra: frente a Trump diferenciarse de China

Jaime Serra Puche, quien fuera titular de la Secofi y, además, negociador en jefe para el Tratado de Libre Comercio con EU, lanza una clara recomendación: México necesita diferenciarse de China.

Tiene razón. Donald Trump y su equipo tienen especial temor a China, pues consideran que es el principal enemigo comercial y lleno de subsidios. El problema para nosotros en México es que Trump pone en la misma canasta a México y a China, cuando de entrada son economías totalmente distintas.

LA PRIMERA RENEGOCIACIÓN, ACUERDOS PARALELOS

Ahí es donde Jaime Serra, a quien ya le tocó responder la primera renegociación del TLCAN (cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca, y se negociaron de manera adicional los acuerdos paralelos en medio ambiente y tema laboral), pone como primera recomendación al gobierno mexicano el diferenciarse de China.

DE CADA DÓLAR EXPORTADO, 40 CENTAVOS VIENEN DE EU

En primer lugar, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos llevan implícito un componente de insumos de los mismos estadunidenses. Son regiones integradas en cadenas productivas y producto final.

El dato es esclarecedor: de cada dólar que México exporta se traen 40 centavos provenientes de insumos estadunidenses. A diferencia de China, donde de cada dólar exportador sólo cuatro centavos provienen de insumos estadunidenses.

A Washington, desde luego, le conviene mantener las exportaciones mexicanas con insumos estadunidenses, tal y como se encuentra hoy en día.

MÉXICO NO MANEJA EL TIPO DE CAMBIO

El segundo punto a diferenciarse es en el tipo de cambio. El yuan y el peso tienen comportamientos totalmente distintos.

El yuan es manejado por el gobierno de Pekín, en una paridad “sucia”, en la que los chinos logran incentivar sus exportaciones gracias a la devaluación del yuan. Este tema le ha dado dolor de cabeza a Washington en los últimos diez años en una clara guerra comercial donde China va ganando.

En cambio, el peso mexicano se cotiza con base en el libre mercado, con un régimen de libre flotación, en el que el peso sufre al ser una de las diez monedas más negociadas en los portafolios de inversión a escala global, y cada vez que hay aversión al riesgo y se deben desprender de monedas de economías emergentes, entonces el peso se deprecia frente al dólar.

Pero en ningún momento ni el gobierno de Zedillo ni el de Fox ni el de Calderón, ni tampoco el de Peña Nieto, han manejado la moneda para incentivar las exportaciones.

Las diferencias entre México y China son claras. Una es economía de mercado, con nueva generación de reformas, y la otra es centralizada, con un manejo “sucio” de la moneda.

ABRIR NO, RENEGOCIAR SÍ

A Serra Puche como secretario de Comercio y Fomento Industrial le tocó negociar el TLCAN con Estados Unidos y Canadá, durante el sexenio de Carlos Salinas. La negociación se llevó a principios de los 90 y, 22 años después los resultados están a la vista en exportaciones, integración productiva e inversiones.

Serra Puche es hoy un consultor privado y advierte que no se puede abrir el acuerdo comercial porque se caerían los componentes negociados, las ventajas competitivas, de nación más y menos desarrollada, de sectores exponenciales y sectores que se excluyeron.

EN TLCAN FALTA COMERCIO ELECTRÓNICO O… ¿ENERGÍA?

Más bien el TLCAN se podría renegociar y tal como se hizo cuando Clinton llegó a la Casa Blanca, con temas adicionales o revisar algunos capítulos. Por ejemplo, si con Clinton los acuerdos paralelos fueron en temas ambientales y laborales, ahora pueden ser en comercio electrónico o datos.

También hay temas que hoy en día son distintos. Qué mejor ejemplo que la Reforma Energética, con la cual, la participación privada es una realidad, cuestión totalmente distinta a hace 22 años cuando estaba exclusivamente reservado al Estado.

Sin embargo, el problema es claro: Trump y su equipo traen un proteccionismo nacionalista, más parecido al Brexit, en el que todo el mundo tiene la culpa de la pérdida de empleos y se considera que regresando a esquemas cerrados se solucionará, en lugar de ver hacia delante en integraciones regionales que traen ventajas competitivas muy claras.