Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

28 Nov, 2016

La política monetaria necesita ayuda

La política monetaria del Banco de México ha permitido al país recobrar capacidad de crecimiento cuando fue necesario, la postcrisis mundial de 2008; para producir el más largo periodo de baja inflación en la historia moderna de Mexico e incluso para apuntalar la política fiscal cuando ésta tenía poco margen de maniobra. Pero es posible que haya llegado a sus límites y que se tengan que adoptar otras estrategias más sólidas en materia de finanzas públicas.

La mejor demostración de que posiblemente la política monetaria está llegando a su límite, en las actuales circunstancias, es la decisión de la Junta de Gobierno para aumentar medio punto porcentual la tasa de interés de referencia y llevarla a 5.25 por ciento.

En realidad, después de los resultados electorales en Estados Unidos y la turbulencia financiera que provocaron, era evidente que el Banxico tenía que aumentar la tasa de interés; el problema era saber cuánto y la Junta de Gobierno decidió medio punto porcentual.

Por la forma como se comportó el tipo de cambio, cuya volatilidad disminuyó y se ancló entre 20 y 21 pesos por dólar, que el monto del aumento fue el acertado para esos fines; pero, por otro lado, la tasa de interés en México no es atractiva para atraer inversiones; se necesitaría que fuera más alta.

Brasil, por ejemplo, tiene una tasa de interés por los niveles de 14% y, sin duda, atrae inversiones, aunque el costo es mayúsculo, porque el crédito es caro en toda la economía y porque la inflación anda por el 12% anual.

Se ve difícil que México siga aumentando la tasa de interés, porque, aunque con ello contiene presiones inflacionarias, también encarece los créditos hipotecarios, para la compra de autos, para tarjetas de crédito y, con ello, desalienta la actividad económica.

La economía mexicana padece desde siempre un crecimiento raquítico, de 2% promedio anual por décadas y para 2017 las perspectivas se ven complicadas: en opinión del Banco de México, entre 1.7 y 2.1% anual; un poco más arriba, según la opinión de la Secretaría de Hacienda. Y aumentar más la tasa de interés significaría menor crecimiento, máxime que las expectativas inflacionarias parecen ancladas en los parámetros que el Instituto Central desea, en alrededor de 3% anual.

Por ello creemos que en estos momentos la política monetaria ya no tiene mucho para donde hacerse y que el país deberá realizar otros esfuerzos en la política fiscal. La presión sobre la tasa de interés no se deriva sólo de la volatilidad cambiaría o de presiones inflacionarias provocadas por la devaluación del peso; en ello tiene que ver un nivel alto y un crecimiento explosivo de la deuda y las enormes presiones a que están sometidas las finanzas públicas.

La política fiscal necesita complementar más a la política monetaria y no dejarle la mayor parte del costo del ajuste, porque eso significa matar el poco crecimiento económico que de por sí tenemos. Nadie sabe las locuras que cometa Donald Trump en materia económica, no sólo las que ha anunciado en contra de los flujos de inversión y de comercio, sino en el manejo del gasto público y el endeudamiento de Estados Unidos. Pero es claro que nos causará problemas y que aumentarán las dificultades para la economía mexicana.

Y no todas se pueden enfrentar vía la tasa de interés. Urge aliviar presiones sobre las finanzas públicas para fortalecer el blindaje que sí tiene la economía mexicana.

Hasta el próximo lunes con nuevas... Perspectivas.

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