Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

30 Nov, 2016

Neistat

Aunque suene paradójico, ese nuevo género de estrella mediática llamado “youtuber” nació antes de que existiera el propio YouTube. Y uno de sus primeros exponentes hizo sufrir nada menos que a la poderosa Apple.

Se trata de Casey Neistat, el más reciente fichaje de la cadena televisiva CNN para atraer al público millennial que ha abandonado la pantalla chica para clavarse con la pantalla del celular, y que a mediados de noviembre de 2003 publicó en la red, junto con su hermano Van, una de las primeras muestras de cómo personas comunes pueden afectar la reputación de una marca con sólo una camarita.

El corto de dos minutos titulado “iPod’s dirty secret” comienza con una voz en off del contestador telefónico del soporte técnico de Apple, mientras se ve a una persona haciendo una plantilla de letras con papel, lápiz y cutter. Después se escucha el diálogo que presuntamente entabla Neistat con un empleado de la firma de Cupertino, con quien se queja de que la batería de su iPod dejó de funcionar a los 18 meses de uso y desea reemplazarla. El técnico le sugiere que la sustitución de la pila le saldría en 255 dólares, 45 menos de lo que le costaría comprar un reproductor musical nuevo.

En ese momento se ve al propio Neistat caminando por una calle de Nueva York con un contenedor de basura sobre ruedas, dirigiéndose hacia un muro donde están pegados varios anuncios del iPod, aquellos clásicos en los que aparecen siluetas negras que sostienen un dispositivo con audífonos blancos. Con pintura en aerosol, Casey escribió sobre la publicidad de Apple la leyenda: “La pila irremplazable de los iPods sólo dura 18 meses”, operación que repitió en cuanta calle exhibía dichos carteles.

El video ­fue publicado en su momento en el sitio web iPodsdirtysecret.com y fue un éxito instantáneo que recibía hasta 50 mil visitas por día. Según sus autores, fue visto más de seis millones de veces en su primer mes en línea, “tres años antes del lanzamiento de YouTube”, dato que en realidad es impreciso, pues este portal surgió en febrero de 2005, unos 15 meses después de su travesura.

Pero aquella vandalización no sólo llamó la atención de los grandes medios estadunidenses, sino que obligó a un cambio en las políticas de la compañía de la manzana. Como documenta el periodista Steven Levy en su libro The Perfect Thing: How the iPod Shuffles Commerce, Culture and Coolness (Simon & Schuster, 2006), la ansiedad de los periodistas por documentar cuanta cosa pasara con el iPod hizo que los hermanos Neistat recorrieran los estudios de CBS y Fox y fueran citados por Rolling Stone y The Washington Post, lo que viralizó aún más su video.

Días después, Apple anunció una nueva política: los usuarios podrían reemplazar sus baterías con sólo un cargo de 99 dólares –que luego bajaría a 59– y podrían extender las garantías de sus aparatos por un año más, pagando también 59 dólares. La firma alegó que se trataba de un proceso que ya estaba en curso y que nada tenía que ver con el video, aunque es muy probable que éste lo haya acelerado, como declaró Van Neistat por esos días.

Ya para completar su obra, según cuenta Levy, Casey Neistat escribió un correo electrónico a Steve Jobs en la víspera de Navidad de 2003, en el que le pregunta si no pensaba que la empresa se había equivocado con su política inicial sobre las baterías del iPod. El empresario le respondió en una línea: “Nope, no pienso que Apple se haya equivocado”.

Catapultado por esta anécdota, Neistat construyó una sólida reputación como vlogger en un canal que se aproxima a los cinco millones 900 mil suscriptores, y cuyo éxito intentó replicar en Beme, red social que fundó para compartir videos de cuatro segundos, cuya cualidad es que fueran espontáneos y reflejaran a sus autores tal cual son, sin edición mediante.

El pasado lunes, Cable News Network anunció que reclutó a Neistat y al equipo detrás de Beme, cuya aplicación en los hechos ya dejó de operar, pero que tentativamente será la base técnica para construir un novedoso tipo de interacción social con el público joven.

A sus 35 años de edad, Casey Neistat tendrá la nada fácil tarea de transferir la credibilidad ganada en la red a un medio tradicional de noticias cuya influencia –junto con la de muchos de sus colegas– quedó en entredicho en las pasadas elecciones presidenciales. Ya se verá qué tanta pila tiene.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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