Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

6 Dic, 2016

¿Es verdad la solidez económica que presumen?

Durante las últimas semanas, los dos funcionarios de más alto nivel de la Secretaría de Hacienda, el secretario Meade y la subsecretaria Rubio, se han dedicado a propalar una idea que, por decir lo menos, me parece peregrina: La solidez a toda prueba, de la economía mexicana.

No pongo en duda en forma alguna, la obligación que dos subordinados del Presidente de la República tienen, de hablar bien de la economía y su desempeño. Sin embargo, es otro el punto que quiero señalar el cual, lo sintetizo así: ¿Y si la solidez presumida fuere, simplemente, un recurso retórico?

En la globalidad, con el mundo convertido hoy, prácticamente, en una sola economía abierta, afirmar que una economía goza de una solidez a toda prueba —dicho de otra manera, indestructible—, sin importar los problemas que enfrente, es una afirmación arriesgada; más aún, dada la volatilidad e incertidumbre que hoy enfrentamos.

El argumento ofrecido por los dos funcionarios parece, quizás sin proponérselo, letanía: Los fundamentales de la economía, etc., etc. Repetirlo aquí y allá, ante audiencias integradas por inversionistas, o por analistas o periodistas especializados en economía y finanzas, suena a una pobreza argumentativa la cual, a querer y no, deja en el oyente o el escucha, algo que va más allá de la seguridad en el desempeño de la economía mexicana que los dos funcionarios repiten, como dije, cual aburrida letanía.

Por otra parte, en las condiciones de globalidad y apertura económica, hay un factor que está en juego el cual, en no pocas ocasiones, adquiere un peso específico que rebasa, con mucho, el que tendría en lo que podríamos llamar la normalidad. Ése otro factor, es la idea o percepción si gusta, que los agentes económicos privados se han formado, de ésta o aquella economía.

En los tiempos que corren, ese factor juega un papel relevante porque, lo que vemos en la economía mexicana desde hace varios años no es, por más que tratemos de venderlo así, normal. No hay necesidad de argumentar mucho para demostrar que, lo que hoy vive aquélla es, a todas luces y evidente, anormal.

Las nuevas reglas que la globalidad ha creado desde hace, por lo menos, cinco o seis decenios, tienen que ver en el México de hoy, con lo que hemos dado en llamar la institucionalidad en un país.

Elementos como el respeto de la ley y la vigencia plena del Estado de derecho, el respeto pleno y la definición precisa de los derechos privados de propiedad, así como el respeto de los contratos y un ambiente donde la corrupción fuere la excepción no la regla, serían, en no pocas economías y determinadas circunstancias, lo que determinaría la solidez de una economía y no, como propalan sin respiro alguno de los dos funcionarios citados, los fundamentales de la economía.

Por otra parte, ¿es dable pensar que los integrantes de las audiencias a que ambos se dirigen, desconocen todo de la realidad de nuestra economía y su institucionalidad? ¿Los que los oyen, —porque las más de las veces no los escuchan—, desconocen todo de Pemex?

Por lo anterior y mucho más, pregunto entonces: ¿Es verdad la solidez económica que presumen? ¿Y si no fuere así?

¿Y qué piensa usted?

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