David Páramo

Análisis superior

David Páramo

8 Dic, 2016

Derecho a la salud

Hoy se dará a conocer el resultado de la megacompra consolidada de medicamentos a través de la licitación que realiza el IMSS, la cual rondará los 40 mil millones de pesos.

Mucho más allá de los focos rojos que he venido advirtiendo en esta columna, los cuales deben ser atendidos puntualmente, sin lugar a dudas se registrará un descuento en la compra de los medicamentos con respecto al año anterior, es decir, se comprarán los mismos medicamentos al mismo precio.

Es fácil ver como un éxito el resultado de la licitación desde el punto de vista financiero, puesto que se gasta menos en la compra de los medicamentos y se liberan recursos para atender otras áreas dentro de las instituciones gubernamentales que participan.

Ha llegado el momento de hacer una pregunta diferente: ¿Ha mejorado la salud de los derechohabientes? Parecería que no.

La impresión es que el esquema de compras consolidadas tiene un carácter netamente financiero y, en segundo término, representa ventajas de carácter político al poderse vender con gran facilidad. La noticia será cuánto se ahorró en la compra de medicinas; sin embargo, ha llegado el momento de preguntar qué tanto se ha privilegiado el derecho humano de las personas a tener la mejor atención posible.

La reducción en la cantidad desembolsada habla básicamente de eficiencia financiera. Deja claro que la competencia funciona y que los márgenes de ganancia de laboratorios y distribuidoras era monumentalmente alto, puesto que se siguen comprando las mismas claves o más con erogaciones menores.

La reducción podría ser mayor, como he documentado en esta columna, si se pudiera cerrar definitivamente la puerta a las prácticas ilegales de corrupción, colusión en la que no sólo participan los privados sino, también, los funcionarios del IMSS.

¿ESO ES TODO?

No basta con gastar menos en las medicinas, se tiene que hacer muchísimo más. El centro debe ser la salud y bienestar de los derechohabientes y, sin duda, mucho mejor camino sería la adquisición de tratamientos de última generación que ofrecen óptimos resultados terapéuticos.

Hoy se están comprando una gran cantidad de medicamentos genéricos de patentes vencidas, los cuales, evidentemente, tienen una efectividad menor a los más actuales. De acuerdo con expertos del sector salud, gran parte de las claves de la megalicitación ha sido superada.

Hay algo mucho más importante que dar medicamentos, el enfoque debería estar concentrado en la atención oportuna, donde, desgraciadamente, el avance ha sido verdaderamente lento. Un paciente que es atendido oportunamente, es decir, sin largos periodos de espera y con tratamientos farmacológicos de última generación, se reintegrará más rápidamente a su estado de salud y a la vida productiva.

Tratamientos de vanguardia —como los que ya están disponibles pero que no se difunden en el sector público— evitarían prolongados periodos de medicación, hospitalización, así como la posibilidad de disminuir las cirugías.

La vocación de las instituciones de salud no debe ser ahorrar dinero como principal motivación, sino aliviar los males que aquejan a los derechohabientes, por lo cual se debe recurrir a tratamientos de última generación, los cuales incluso permitirían una operación más eficiente del sector salud. Las camas y quirófanos podrían tener mucho mayor rotación en beneficio de más pacientes.

SOSPECHOSO

Curiosamente, la reticencia a los tratamientos de primer nivel, a los procedimientos terapéuticos más innovadores y eficientes para la población, no proviene de los profesionales de la salud sino de las áreas administrativas.

De hecho, hay prohibiciones difíciles de justificar para que participen en la promoción de tratamientos de última generación o que, incluso, participen en foros sobre estos temas.

Evidentemente, dentro del IMSS y algunos otros organismos de salud hay quienes defienden intereses económicos y como viven, juzgan, por lo que se prestan a acciones indebidas como las que he denunciado en este espacio con algunos laboratorios y distribuidoras que participan en estas licitaciones. Son estos grupos los que mayor reticencia tienen a los cambios en favor de los derechohabientes, puesto que están lucrando con la salud de las personas.

Sea como sea, hoy se hablará de la reducción en el costo de la compra de medicamentos. Ojalá que muy pronto se hable más de medicamentos y procedimientos innovadores que mejoren la salud de la población en mentor tiempo.

TRANSICIÓN

Hasta hace no mucho tiempo la diferencia entre Infonavit y Fovissste era abismal, mientras que la primera se comparaba ya con estándares de iniciativa privada en favor de los trabajadores, la otra era una vergüenza.

La llegada de Luis Antonio Gondina a la cabeza de este organismo cambió radicalmente las cosas. Se han vuelto no sólo la segunda hipotecaria del país, sino que está dando pasos mucho más que claros en el sentido correcto, como es iniciar el tránsito hacia un esquema de puntos para otorgar créditos.

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