Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

13 Dic, 2016

Cuidado, lo que interesa en la CDMX, no interesa en buena parte del país

Como he comentado en múltiples ocasiones, por razones familiares y/o profesionales, visito con frecuencia Cd. Obregón, ciudad localizada en el corazón del Valle del Yaqui.

Ahí nací, hace una buena cantidad de años, en uno de los ejidos de ese valle; importante, no sólo por su extensión —poco más de 225 mil hectáreas, todas irrigadas— sino también por la diversidad de su actividad agrícola y agroindustrial.

Aprovecho esas visitas, para platicar con amigos que se dedican a la agricultura; platico con porcicultores, productores de huevo para plato y con algunos que se dedican a la engorda de ganado bovino.

Con esas pláticas, lo que trato de lograr, es tener una visión de los problemas que aquéllos enfrentan; hoy, sin embargo, más que en otras ocasiones, he intentado conocer qué es lo que más les interesa, ¿los problemas económicos, o los políticos y sus efectos para las actividades productivas que desarrollan?

Acepto, de entrada, que tanto el Valle del Yaqui como Sonora mismo, no representan la diversidad del país; sin embargo, no es una mala muestra pues reflejaría, en buena medida, la visión de productores orientados al mercado, y a la exportación no al mercado interno.

Esta vez, las preocupaciones y críticas a la burocracia centralizada e ignorante de la acelerada dinámica de los mercados de exportación, y de la importación de insumos fundamentales como semillas de alta calidad (para tomates, chile jalapeño, pimientos y sandias por dar algunos ejemplos), y algunos agroquímicos, dejaron los espacios a las preocupaciones de índole política.

Lo que más preocupa hoy, es la incapacidad en la gobernación en los tres órdenes de gobierno. El desempeño de los que deciden desde el orden federal y estatal, así como en el municipal, todo lo relativo a la seguridad y el combate a la violencia la cual, además de campear sin freno alguno, parece no tener fin, es lamentable. Eso sí, la impunidad de la cual gozan los delincuentes, no deja dudas de la protección y/o complicidad de los encargados de enfrentarla y combatirla.

A esta realidad, los gobernantes y sus funcionarios sólo atinan a responder con las viejas prácticas de las inauguraciones, las inserciones pagadas y las entrevistas a modo acompañadas éstas, casi de inmediato, del acedo boletín.

Frente a esta renuencia a enfrentar los problemas y buscar soluciones, quienes dependen de la seguridad para manejar de manera eficiente sus negocios (No olvidemos, por ejemplo, que un plantío de 50 o 100 hectáreas de tomate o jalapeño, puede traer en el campo cientos de trabajadores más los del empaque), los productores no encuentran eco a sus peticiones de combatir la inseguridad.

Los productores han aprendido a enfrentar y protegerse de una paridad peso-dólar desbocada, al tiempo que reconocen que nada pueden hacer ante la inseguridad, salvo exigir que la autoridad cumpla con su parte.

Lo que interesa a los funcionarios en la CDMX, es otra cosa; no los problemas que los productores enfrentan. ¿Interesa a los estudiosos de la situación del país, asuntos como éstos, que podrían ser los que enfrentan productores de no pocas regiones del país?

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