David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Dic, 2016

El muro de Pemex

Es total y absolutamente comprensible la incertidumbre que hay sobre qué ocurrirá a partir del primero de enero con el precio de las gasolinas.

El monopolio estatal sobre los combustibles duró demasiado tiempo. Han pasado casi 79 años desde la expropiación petrolera, por lo que la minoría de los mexicanos recuerdan los tiempos en que existía competencia en los combustibles. Una manera de dar dimensión al tiempo y los trastornos que genera esta incompetencia es que el muro de Berlín sólo existió 28 años.

No existe en ningún lugar del mundo un proceso de apertura que pueda compararse, caminamos por un terreno verdaderamente incierto en el que solamente pueden hacerse suposiciones, pero cualquiera que hable de impactos de tal o cual magnitud tiene un enorme grado de error.

QUÉ SABEMOS

Los mal llamados gasolinazos eran aumentos mensuales a los combustibles que por razones de impresión, no económicas, generaban gran molestia y hasta se convirtieron en una bandera política. Básicamente, se dividía el aumento de la inflación esperada en 12 meses.

El problema de fondo, que es incluso previo a este esquema de incrementos mensuales, es que se trataba de un precio fijo por lo que generaba desbalances sobre las finanzas públicas ya que no refleja un precio real de mercado, tanto al alza como a la baja.

Curiosamente la gente que cree que este esquema sólo hace que la gasolina suba de precio y no que era, también, un tope de aumento al precio al público con carga al erario.

Supuestamente el precio se integraba por referencias internacionales, costo de transporte e impuestos. En realidad, es increíble puesto que el aumento estaba siempre en línea con la inflación esperada y no con los precios internacionales.

Los políticos, irresponsables, inventaron que se tenía que terminar con los gasolinazos (que muchos extrañarán a partir del año próximo) y se creó la impresión de que el gobierno prometió que bajarían los precios de los combustibles.

Ciertamente hay un pésimo anuncio de campaña del PRI en el que Manuel Camacho prometió esa barbaridad. El gobierno siempre dijo que acabaría con los aumentos mensuales, nada sobre la nada.

A raíz de la Reforma Energética inició un proceso de liberación de precios de gasolinas estableciendo un rango de 3% arriba o hacia abajo que, supuestamente, se mantendría hasta 2018. El presidente Enrique Peña Nieto decidió que el proceso debería adelantarse a partir del año próximo.

ESQUEMA

Antes de que termine el año la Comisión Reguladora de Energía tendrá que anunciar el calendario de zonas en las que se liberará el precio de las gasolinas comenzando por la frontera norte. En las entidades en las que no haya condiciones de competencia, la Secretaría de Hacienda determinará el precio máximo, no un precio único.

La liberación del precio del combustible considerará la infraestructura de Pemex, que en una primera etapa tendrá que rentar su infraestructura; los precios a los que la empresa productiva del Estado puede vender los combustibles y el precio final luego de la liberalización.

Para la mayoría de la población se da como un hecho que el precio de las gasolinas subirá y algunos están convencidos de que lo hará desordenadamente oyendo no sólo a los que llevan años hablando de la crisis económica en el país sino también a organizaciones de distribuidores de gasolina que, abiertamente, están en contra de la competencia, pues eso los saca de la zona de confort en la que han estado demasiadas décadas.

INCERTIDUMBRE

Hasta el momento la CRE no ha dado a conocer el calendario de liberalización de regiones a la competencia y, por lo tanto, la Secretaría de Hacienda no ha determinado cuál será el precio en el resto de las regiones.

Vamos, Pemex no ha definido con toda claridad cuáles serán los precios a los cuáles rentará su infraestructura para que los nuevos competidores puedan traer sus productos. A todos estos datos habrá que sumar el precio de las gasolinas que depende, entre otras cosas, del precio del petróleo (que actualmente se encuentra en un rally de alza) y por lo tanto de los combustibles. Hoy sólo pueden hacerse algunas estimaciones con base en los precios de futuros, pero nadie puede establecer con certeza cómo se comportarán estas variables durante el año próximo.

Así, si alguien le dice que podrá subir tres pesos, pregúntele por qué no 3.17 pesos. Si las estaciones de servicio del amenazan con alzas de 8%, pregúntele por qué no de 7.99%.

Hay un factor X que no puede determinarse hasta el momento: la competencia.

Empresas nacionales y extranjeras, que ya están en el arrancadero, preparadas para la competencia, hasta el momento no puede saberse qué tan rápido podrán establecer una base de competencia y qué tan fuerte podría ser.

Liberar el precio de los combustibles fue una medida correcta, un salto exponencial a favor de México. Ahora falta esperar que el mercado funcione.

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