Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

19 Dic, 2016

El populismo se extiende por el mundo

En el corto plazo México tiene que enfrentar presiones sobre las finanzas públicas, contener la inflación sacrificando el crecimiento y luchar por no caer en la recesión; en el mediano, evitar que el populismo que está avanzando en el mundo contamine al país y nos regrese de un salto al pasado populista que nos hundió en tres décadas de crisis y sumió a más de la mitad de la población en la pobreza.

Aún superando los enormes desafíos de corto plazo, el país puede caer en brazos del populismo de Andrés Manuel López Obrador o del que también sabe aplicar el PRI y echar por la borda todo lo que hoy se está haciendo en favor de los equilibrios macroeconómicos.

Es posible que el peor efecto de la crisis de 2008 no haya sido la recesión mundial, la explosión del desempleo y las deudas, sino el cansancio de las sociedades por una fórmula de la economías de libre mercado en regímenes democráticos que habían probado ser muy eficientes para elevar el nivel de vida de las sociedades, pero que parece se agotaron con la gran crisis de 2008.

Es claro que la gente se cansó de los sacrificios que se han tenido que hacer para enfrentar ese vendaval económico. Hoy, los ciudadanos no quieren más caída en sus ingresos reales, no desean que se alargue la edad de jubilación y se reduzcan beneficios en los programas médicos, ni luchar tanto para obtener empleo o enfrentar las hipotecas.

Como dijo el clásico, “no queremos realidades, queremos promesas”, parece ser que el grito que impulsa a muchos países a elegir gobernantes que prometan imposibles como bajar impuestos y subir el gasto público o proteger a sus ciudadanos de supuestas amenazas externas siempre personificadas por migrantes o por empresas extranjeras.

Por eso los gringos eligieron a Donald Trump, quien promete regresarles la grandeza cerrando fronteras al libre comercio y a la migración. Los ingleses tienen a Therese May a quien apoyaron en el Brexit para salir de la Comunidad Europea. Los húngaros tienen en un altar a Viktor Orban, quien ha prometido librarlos de los migrantes. Los franceses probablemente elijan a Marine Le Pen en 2017.

Y en Latinoamérica ya está Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Perú y México podría elegir a López Obrador en 2018. Es claro que los ciudadanos del mundo, y los de México están encantados con líderes carismáticos que tienen recetas para todas las inquietudes y sufrimientos, como si fueran yerberos que con unos cuantos tés curan todas las enfermedades.

AMLO promete que bajando los salarios de los servidores públicos y con cero corrupcion México superará todos sus problemas y se convertirá en un verdadero paraíso.

La verdad es que el mundo probó en el pasado las recetas del populismo y los resultados fueron desastrosos.

La Venezuela de hoy es un buen ejemplo de los resultados de los gobiernos populistas; Brasil es otro y en el pasado, México se hundió en 30 años de crisis o los alemanes, cansados de los sacrificios que les impuso la pérdida de la Primera Guerra Mundial, eligieron a Hitler.

El populismo es un peligro para el mundo, y para México, pero es evidente que hoy los pueblos no quieren más sacrificios, sino promesas que endulcen el oído aunque el costo final sea terrible.

Hasta el próximo lunes. Mientras, que esta Navidad traiga paz y felicidad a los hogares de todos nuestros lectores.

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