Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

26 Dic, 2016

Capacidad nuclear y política comercial

La semana pasada varios países e instancias institucionales le hablaron claro a Trump, entre ellos el gobierno chino que señaló su “seria preocupación” de que el Presidente electo asegure que Estados Unidos mantendría el reconocimiento de Taiwán como parte de una sola China, que es lo que China considera fundamento político para una buena relación con su país.

“Si se interfiriera en la política con Taiwán, declaró el vocero del ministerio de asuntos exteriores de China, Geng Shuang, podría afectar los lazos con Estados Unidos”, e instó al gobierno entrante a reconocer por completo la sensibilidad del asunto de Taiwán y a mantener la política de “una sola China”.

Pero Trump, en un programa de radio, días después, vinculó el seguimiento de la política de una sola China para que se hicieran concesiones comerciales, a lo que el vocero Geng Shuang respondió que la cooperación será “imposible” si Washington no reconoce el interés central de Pekin en Taiwán, indicando que rechazará cualquier intento de Trump de usar el asunto como elemento de negociación.

Tal situación fue lo que posiblemente indujo a que EU anunciara que Rusia, la semana siguiente, iría por un programa para fortalecer su capacidad nuclear. Así, el Presidente electo Trump y el mandatario Vladimir Putin, cada uno por su lado, revelaron su intención de expandir sus capacidades nucleares. Según la Asociación de Control de Armas de Estados Unidos, Washington tiene siete mil 100 armas y Moscú siete mil 300.

Los países del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, APEC (Chile, Colombia, México y Perú), ahora empujados por Perú, insistieron en sumarse a un acuerdo de libre comercio, aunque sea sin Estados Unidos. Consideró el presidente peruano, Pedro Pablo
Kuczynski, que ese acuerdo es menos ambicioso que el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, TPP, pero bueno de todas maneras.

Por otra parte, todo indica que es muy probable que en 2016 el ingreso por concepto de remesas familiares cierre el año también con broche de oro. Se prevé que alcancen el equivalente de 2.8 por ciento del PIB, arriba del 2.65 por ciento de 2006, a un costo por envío bajo, según estimaciones del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).

Dichos flujos pueden marcar un récord respecto del PIB y una recuperación a niveles que no se veían desde la crisis de las remesas que comenzó en 2007, por la recesión económica que se desató con la debacle de las hipotecas “subprime” en Estados Unidos, con la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

Además, un estudio del Banco de México sugiere un recorte al gasto del gobierno, para evitar un deterioro en la cuenta corriente, la cual ha crecido notablemente desde 2013. El estudio afirma que la principal razón del reciente deterioro de la cuenta corriente corresponde a una disminución de los ingresos públicos.

Por ello, se concluye que la política fiscal se constituye como la herramienta más eficiente para llevar a cabo el ajuste que actualmente pareciera ser deseable para propiciar saldos adecuados en la cuenta corriente mexicana. Precisó que medido en términos del PIB, desde 2013 el déficit en cuenta corriente se ha venido ampliando, lo cual fue más notorio en los años de 2014 y 2015.

 (*)Economista

@acanovelez

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