Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

3 Ene, 2017

Hacienda no dará marcha atrás en gasolinazo

La decisión de aumentar los precios de las gasolinas y el diesel a partir de enero es, sin lugar a dudas, correcta desde la ortodoxia económica, ya que ante el incremento que han registrado los precios del crudo y la depreciación del peso frente al dólar, la alternativa era subsidiar las gasolinas, una medida totalmente regresiva que hubiera beneficiado más a los sectores de mayores ingresos.

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, explica que no incrementar los precios de la gasolina, hubiera implicado un costo de 200 mil millones de pesos al erario que sólo se podría cubrir, con mayor déficit o mayor deuda, mayores impuestos, o un ajuste en el gasto público.

El problema inició en agosto cuando la banda de precios que tenía Hacienda llegó a su tope y en lugar de ampliarla se decidió por mantenerla el resto del año, pero los precios del crudo a nivel internacional se elevaron más de 27% y para colmo ganó Trump y el dólar subió a niveles cercanos a 21 pesos.

Políticamente el megagasolinazo es una decisión desastrosa, ante la gran molestia y descontento social que ha generado este inusitado incremento de hasta 20% en los combustibles y quien más se beneficiará políticamente es Andrés Manuel López Obrador.

Los partidos de oposición se han manifestado en contra del megagasolinazo, pero el secretario de Hacienda, quien cuenta con el apoyo del presidente Enrique Peña Nieto se mantiene firme en no dar marcha atrás porque –insiste– es la medida correcta porque de los 190 millones de litros diarios de gasolina que se venden en México, 70% es consumido por los mexicanos de mayores ingresos. 

AMENAZA A REFORMA ENERGÉTICA

El aumento a las gasolinas constituye también la mayor amenaza a la Reforma Energética porque se le culpa del incremento en las gasolinas, cuando la realidad es que lo que pretende es eliminar las grandes distorsiones que existen en nuestro mercado energético después de un monopolio de 78 años de Pemex, y de vivir sin competencia en el sector.

Parte del problema es que, en efecto, el presidente Peña Nieto dijo que con la Reforma Energética se acabarían los gasolinazos en México, lo que evidentemente no es cierto como se demuestra en los videos que de inmediato circularon en redes sociales.

Desafortunadamente este amenaza a la Reforma Energética constituye también un riesgo a las inversiones que se buscan fomentar con la liberación de los precios y el inicio de las temporadas abiertas de Pemex.

La apuesta del gobierno es que la inconformidad social disminuya cuando los precios de las gasolinas bajen por vez primera en México porque a partir del 18 de febrero, con la primera temporada abierta de Pemex en Sonora y Baja California, todos los días habrá un precio máximo que variará en función del precio del petróleo y del comportamiento del tipo de cambio.

REDUCIR 50 CTVS IEPS,
COSTARÍA 29,500 MILLONES DE PESOS

La reacción de los organismos del sector privado no ha sido unánime. Mientras que la Concamin y el CCE se pronunciaron a favor de un  acuerdo nacional para enfrentar los efectos del gasolinazo, la Coparmex pide al Congreso que disminuya la carga fiscal en el precio de las gasolinas porque –dice– representa 40% del precio final al consumidor.

Al respecto, la SHCP destaca que ya bajó el IEPS de 4.30 pesos por litro a 3.18, lo que implica un estímulo fiscal de 1.12 pesos por litro. En el caso de la Premium, el IEPS bajó de 3.64 a 3.59 pesos con un estímulo fiscal de 0.05 pesos y en el diesel disminuyó de 4.73 pesos a 3.58 con un estímulo fiscal de 1.15 pesos por litro. Esta reducción en el IEPS, explica la SHCP implica un costo de 45 mil millones de pesos anual.

Por cada 50 centavos adicionales que Hacienda bajara el IEPS, el costo se elevaría en 29,500 millones de pesos anuales; más una reducción de 4,720 millones de pesos por el menor IVA con un costo total de 34,220 millones de pesos.

Lo más impactante es que una reducción de 50 centavos por litro en el IEPS se reflejaría en una disminución de sólo 50 ctvs en el precio máximo de las gasolinas . Desde luego si el IEPS bajara un peso por litro, el costo fiscal se duplicaría.

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