Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

4 Ene, 2017

Ford cede ante Trump y tumba el peso

Preocupante en verdad la decisión de Ford de cancelar una inversión de mil 600 millones de dólares para construir una nueva planta en San Luis Potosí, que hubiera generado más de dos mil empleos. El anuncio sorprendió porque el presidente de Ford, Mark Fields, se había enfrentado a Donald Trump después de su triunfo electoral, al asegurar que mantendría sus inversiones en México.

Hay que recordar que a través de su cuenta de Twitter, desde fines de noviembre, Trump había presumido que estaba negociando con Ford para que cancelara una planta en México, así como con Carrier, fabricante de aire acondicionado, para que no invirtiera en una nueva planta en Monterrey. Su primer triunfo fue con Carrier, que canceló su inversión en México y no cerró una planta en Indiana, salvando 700 empleos.

Pese a las declaraciones de Fields, Trump terminó doblegándolo, aunque Ford trató de tapar el sol con un dedo al asegurar que la cancelación de la planta en SLP se debió a una decisión comercial por la menor demanda del Focus y no por presiones de Trump.

Ford reconoció también que Fields habló con Trump antes de realizar el anuncio oficial, que implica que la empresa creará 700 nuevos empleos al invertir 700 millones de dólares en un nuevo Centro de Innovación de Manufactura en la Planta de Ensamblaje de Flat Rock.

Fields, además, manifestó su confianza en la política económica de Trump y, a diferencia de lo que sucedió con Carrier, no se ha dado a conocer qué beneficios fiscales obtuvo Ford por cancelar su planta en San Luis Potosí.

Desde luego, la economía de San Luis Potosí se verá afectada por la cancelación de la planta y recibirá una indemnización por los gastos en los que haya incurrido el gobierno estatal. El monto no se ha dado a conocer, pero será mínimo en comparación con la inversión de  mil 600 millones de dólares y la pérdida de los dos mil empleos directos.

DÓLAR, ARRIBA DE 21 PESOS

El anuncio de Ford generó de inmediato una caída del peso frente al dólar por el temor de que pueda haber nuevas cancelaciones de inversiones. Evidentemente, el mercado no creyó en las declaraciones de Ford, acerca de que la cancelación de la planta se debió a una estrategia comercial, y el dólar interbancario cerró en 21.08 pesos.

 Y falta todavía el discurso de toma de posesión de Trump el 20 de enero, que podrá volver a tumbar el peso si ratifica sus propuestas de firmar acuerdos bilaterales en lugar de tratados de libre comercio; salirse del TLCAN, si no beneficia más a Estados Unidos; construir el muro fronterizo; deportación masiva de inmigrantes mexicanos y más sanciones a empresas que generan empleos en el extranjero y no en Estados Unidos.

AMENAZA CON IMPUESTOS A EXPORTACIONES DE GM

Otra mala noticia, sobre todo para quienes todavía creen que Trump moderará su discurso una vez que comience a gobernar, es que el primer tuitero de Estados Unidos amenazó abiertamente a General Motors con imponer “un gran impuesto fronterizo” a la empresa por enviar su modelo Chevy Cruze, fabricado en México, a concesionarios en Estados Unidos, libre de impuestos en la frontera.

En su campaña, Trump amenazó con aplicar impuestos de 35% a las exportaciones de autos procedentes de México, lo que, evidentemente, es violatorio no sólo del TLCAN sino de las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

La presidente de GM, Mary Barra, explicó que todos los sedanes Chevrolet Cruze vendidos en Estados Unidos son fabricados en la planta de Lordstown, en Ohio, y en México se fabrica el Chevrolet Cruze hatchback, para los mercados mundiales, y sólo un pequeño número se vende en Estados Unidos.

El problema de fondo es la amenaza de aplicar impuestos transfronterizos y, si bien México tiene herramientas de defensa tanto en el TLCAN como en la OMC, la renegociación del TLCAN será en verdad muy compleja y uno de los sectores que está hoy más amenazado es el automotriz.

GUAJARDO, TIBIA RESPUESTA

La reacción del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, fue más que tibia, al reiterar el compromiso de hacer de México un país más competitivo a la inversión. En efecto, no puede impedir legalmente que una empresa cancele sus inversiones en México, pero debería hacer una defensa más enérgica del TLCAN y del sector automotriz.

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