Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

14 Ene, 2017

El despertar

Todos estamos conscientes de que, después de las vacaciones de fin de año, el regresar a nuestras actividades, gastados, con muchos pendientes y con el frío, contaminación y obligaciones dejadas para después, nos haría difícil pasar la cuesta de enero. Pero este principio de 2017 cubrió nuestros peores vaticinios, no con una época problemática, sino con una montaña de incertidumbre y malas noticias y peor comunicación.

Trump, terrorismo, enfermos mentales con armas y sus consecuencias, noticias intempestivas con una falta de “timing” nos sacudieron desde el primer día del año. No discuto si es o no válido el aumento al precio de los combustibles y sus consecuencias inflacionarias, pero hacerlo en plenas vacaciones, con muchos viajantes sin dinero y de regreso a sus casas es, por decirlo suavemente, un error de táctica de comunicación que provocó un enojo adicional. Ojalá sea corregido rápidamente.

El despertar de 2017 nos trae muchas interrogantes, desde la incertidumbre ante las acciones internas de tasas de interés, inflación, posible reducción del crecimiento y otras variables hasta las primeras órdenes ejecutivas del nuevo Presidente norteamericano y su efecto real o percibido.

Por lo pronto, no conviene en este periodo tomar decisiones de alto nivel hasta asegurar que ya hay ciertas bases concretas. Lo más congruente es ser conservador, operar normalmente y esperar a que se despeje el panorama un poco. Mi opinión es que el primer semestre del año va a ser anormalmente turbulento y con múltiples altibajos.

A partir de esta fecha y durante el año, me propongo escribir una serie llamada “La empresa familiar en épocas críticas”, que, si me lo permiten los interesados, en especial mis lectores, va a ir enfocándose en diversos factores y su efecto en el delicado y ahora más vulnerable sistema familia-empresa-patrimonio. No creo equivocarme al definir esta era como “el despertar” de un mundo nuevo, con factores inéditos como la presencia de redes sociales de todo tipo, falsa información, terrorismo informático y nuevas definiciones. Los canales de información del siglo XX van reduciéndose y pierden vigencia ante los celulares, tablets y nuevas app. Hay que verificar doblemente cualquier noticia y estar atento a los ciberespías y hackers. Esto va a ser básico ante las elecciones y manejo de noticias globales e internas.

Aunque todo es inestable, la cabeza fría y el análisis somero del ambiente, ciertas decisiones razonadas y mucha adaptabilidad a los cambios bruscos que vienen son esenciales estos próximos días y meses.

Esperen por lo pronto un cúmulo de sesudas opiniones de especialistas, propuestas electoreras sin base firme y un vendaval de desinformación que deben seleccionar con cautela. Enero es un mes complicado de por sí, pero este año es especial.

Esperen noticias y guarden la calma, por favor. Hemos pasado peores épocas (mal de muchos...).

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