Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

18 Ene, 2017

Megaupload 2

En el mundo digital, Kim Dotcom es el perfecto alter ego de Donald Trump.

El célebre hacker alemán –quien se presenta como “artista”, “innovador”, “empresario” y “combatiente por la libertad de internet”– muestra en su página oficial www.kim.com, como carta de presentación, el videoclip de su canción Good Life, para cuya realización asegura que invirtió 24 millones de dólares. Ahí presume sus habilidades como DJ y piloto de carreras náuticas, rodeado de autos de lujo, mansiones, yates, helicópteros y mujeres en bikini.

Una imagen que, por supuesto, para él no es contradictoria con el ciberactivismo que dice practicar y con el cual pretende asemejarse a Julian Assange y Edward Snowden. Máscara que le ha servido para denostar al gobierno de Barack Obama, que hace cinco años cerró el polémico portal Megaupload, principal fuente de su fortuna.

Kim Dotcom –radicado en Nueva Zelanda y cuyo verdadero nombre es Kim Schmitz– fundó Megaupload en 2005 en Hong Kong como un gigantesco servicio de descargas digitales que funcionaba un tanto al estilo Napster: los usuarios depositaban y almacenaban archivos en su nube, de la cual, a su vez, obtenían películas –varias de ellas sin haber sido estrenadas –, música, revistas, libros y cuanto contenido hubiera ahí sin pagar los respectivos derechos.

De acuerdo con el FBI, Megaupload tuvo más de 150 millones de usuarios registrados, 50 millones de visitantes diarios y su operación llegó a representar el cuatro por ciento del tráfico total de la red. El daño causado a titulares de copyright superó los 500 millones de dólares y las ganancias ilegales –obtenidas gracias a la publicidad y el cobro de suscripciones premium– superó los 175 millones de dólares. En oposición a esas evidencias, Kim Dotcom no se considera un delincuente, pues según él, sólo ofrece una plataforma de almacenamiento digital, y no es responsable de los intercambios que establezcan ahí los usuarios.

El Departamento de Justicia estadunidense cerró Megaupload el 19 de enero de 2012 (en Nueva Zelanda ya era el día 20) y logró que autoridades neozleandesas detuvieran provisionalmente a Kim Dotcom por cargos de piratería y lavado de dinero. El alemán salió de prisión para llevar su proceso en libertad condicional y un año después de aquel operativo fundó Mega, una empresa que ofrecía un servicio similar, pero de la que terminaría deslindándose. Después incursionó en la política neozelandesa al fundar un “Partido de Internet”, e incluso ofreció fondos si una organización de ese tipo surgía en México.

En diciembre de 2015, el juez que lleva su caso autorizó que se le extradite a Estados Unidos, acción que su defensa ha logrado postergar por medio de apelaciones judiciales. Aunque ahora los vientos parecen más bien soplan a su favor gracias a Donald Trump, cuya candidatura apoyó abiertamente. Y tan confiado está Kim en librarse de toda culpa que hace medio año anunció el relanzamiento de Megaupload para el próximo viernes 20 de enero, justo cuando el magnate neoyorquino tomará posesión de la Presidencia.

En su cuenta de Twitter, en la que es notoriamente activo, Kim Dotcom publicó desde el 9 de julio pasado que el nuevo Megaupload será “mejor que el original y se sentirá como en casa” y adelantó que funcionará con la moneda electrónica Bitcoin, de legalidad tan discutible como su propio sitio. Tan confiado estuvo en el triunfo de Trump que, una semana antes de la elección, tuiteó que si éste era elegido podría “instalar Megaupload 2 en Estados Unidos, obtener ahí la tarjeta de residente (la famosa “green card”), pagar sus impuestos, crear miles de trabajos y disfrutar de la vida”.

Después de la victoria republicana del 8 de noviembre, Kim Dotcom se tomó una pausa tuitera de una semana y reapareció asegurando que un equipo de ensueño está trabajando en Megaupload 2, del que anticipó algunas características: será 100 por ciento código abierto, no tendrá una base de datos de usuarios y estará totalmente encriptado y descentralizado. Sólo faltó decir que estará a prueba de hackers rusos.

Para Kim Dotcom, no es casualidad que Trump llegue a la Casa Blanca un día después del quinto aniversario del cierre de su empresa. Para demostrarlo hizo notar la semejanza fonética entre su “Mega” y el “Maga” (iniciales de “Make America Great Again”) y pronosticó que ambos vivirán felices para siempre. Falta por ver si el exanfitrión de El Aprendiz le compra su cuento de hadas.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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