Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

21 Ene, 2017

Nuevo Presidente, malas perspectivas

Mientras veíamos por la televisión la escena de las escalinatas del Capitolio, un amigo de inquebrantable optimismo esperó hasta el final de la ceremonia con la esperanza de que se escuchara una claqueta y el grito de “corte” de director cinematográfico, que marcaría el fin de un reality show que ha llegado demasiado lejos.

No fue así. Ante esta nueva era que comienza, muchos mexicanos prefieren pensar que el mundo sigue igual y que Donald Trump tendrá un súbito golpe de conciencia al sentir sobre sus hombros el peso del gobierno más poderoso de la tierra. No lo creo. Las acciones y declaraciones del nuevo Presidente de Estados Unidos han sido muy claras y no se modificaron un ápice desde su campaña electoral en la que fustigó a México vía migración, muros y TLCAN.

El próximo líder del mundo libre, como se le llamaba al presidente de la Unión Americana, ha mantenido su mensaje proteccionista e intimidatorio hacia las empresas que no concuerdan con su visión y que en el periodo de transición ya le costó a México al menos una inversión de mil 600 millones de Ford pero, sobre todo, mucha incertidumbre, que se ha manifestado en una depreciación del tipo de cambio de 16% entre el 8 de noviembre y el 20 de enero.

En donde sí soy más optimista es en la capacidad de las instituciones de Estados Unidos de contrarrestar los excesos de su Presidente, aunque debo reconocer que pensé que el Partido Republicano limitaría los excesos del candidato Trump y, también, suponía que sus declaraciones xenófobas y sus agresiones hacia las mujeres le darían una sonora derrota en el Colegio Electoral. Me equivoqué.

¿Qué hacer frente a Donald Trump? En su discurso ante embajadores y cónsules, el presidente Enrique Peña Nieto dio señales al establecer que “para México, cualquier negociación con Estados Unidos debe incluir los siguientes objetivos” y se refirió al tráfico de armas y lavado de dinero, repatriación ordenada, cooperación en la frontera junto con libre flujo de remesas, así como certidumbre a la inversión y comercio entre México, Canadá y Estados Unidos. 

En los tres temas hay interdependencia y asimetría, por lo que hay visiones que plantean una negociación conjunta para que México logre mayor tracción y más incentivos, con el objetivo de que la nueva administración de Donald Trump siga una relación constructiva con respecto a nuestro país.

El discurso de toma de protesta de Trump no parece muy conciliador cuando el nuevo Presidente afirmó: “Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos que generan otros países produciendo nuestros productos, robando a nuestras compañías y destruyendo nuestros trabajos”.

A través del diario canadiense Globe and Mail se sabe que el próximo secretario de Comercio, Wilbur Ross, planteó que el tema a discutir en cuanto al TLCAN será reglas de origen y los mecanismos independientes de resolución de controversias que, a ojos de la Unión Americana, dan mucho poder a Canadá y a México. De acuerdo con el reporte del diario canadiense, un funcionario de ese país dijo que el objetivo será México y no Canadá y habló de que ellos tendrán una línea abierta de coordinación.

Ante este escenario, las voces en México que siguen pensando que Donald Trump será conciliador y racional deberían replantear su marco de referencia, el nuevo habitante de la Casa Blanca claramente viene a sacudirlo todo y en el nuevo escenario a las empresas le servirá establecer la ruta pensando en el largo plazo, porque en el corto y mediano el panorama no es muy alentador. No se trata de ser derrotista, simplemente establecer escenarios, si el barco del TLCAN se hunde nos conviene saber saltar a tiempo y comenzar a nadar.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube