José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

23 Ene, 2017

Ford y GM ¿comprarlos o no?

Las primeras afectaciones económicas en México, originadas por las presiones de Donald Trump, se dieron en la industria automotriz, en particular con la salida de una inversión de mil 600 millones de dólares de Ford en San Luis Potosí, y de un proveedor de General Motors, American Axle Manufacturing, que deja parte de su producción de Guanajuato para ir producir sus ejes a Michigan.

Esos hechos dan coraje e indignación. Cierto. Pero, ¿de verdad debemos ejercer nuestro poder de consumidor en contra de automóviles de esas marcas, aunque algunos de esos vehículos estén producidos en México y las automotrices tengan más de 80 años de haberse instalado en nuestro país? Es ahí donde tengo algunas dudas.

AUTOMOTRICES, TODO CAMBIA CON TRUMP

Desde luego podemos ejercer nuestro poder de consumo y dejar de comprar bienes o servicios de quienes creamos que producen algo dañino para el país o en derechos humanos. Por ejemplo, si tuviera la oportunidad, jamás gastaría mi dinero en un hotel o casino de Trump.

Sin embargo, en el caso de las automotrices estadunidenses, no sabemos si se trató de amenazas, presiones o chantajes en sus matrices de Detroit. Lo cierto es que, en efecto, Ford retira de México una inversión directa y un fuerte proveedor de GM también deja el país. Y eso nos afecta económicamente.

En una situación normal, en la que la economía global siguiera aprovechando ventajas comparativas con producciones a escala y en la cual siga existiendo el contenido regional, tal y como se iba llevando el TLC de Norteamérica, seguramente las automotrices seguirían en México y planeando más inversiones.

DESDE MÉXICO, FORD FIESTA, FUSION Y LINCOLN MKZ

Por ejemplo, Ford acaba de celebrar sus 90 años en el país (comenzó en 1925). Fabrica en México los modelos Ford Fiesta, Fusion y Lincoln MKZ, al igual que sus versiones híbridas.

Tiene tres grandes plantas, la de Cuautitlán (estampado y ensamblaje), la de Hermosillo (estampado y ensamblaje) y la de Chihuahua (motores). México representa el cuatro productor mundial de Ford, tan sólo después de EU, China y Alemania. Ha invertido ocho mil millones de dólares en los últimos diez años en México y tiene un centro de ingeniería donde capacita a miles de ingenieros mexicanos.

GENERAL MOTORS FABRICARÁ EN MÉXICO GMC TERRAIN

En el caso de General Motors también tiene 81 años en México. Ha construido cuatro plantas de manufactura y desde 2014 invierte cinco mil millones de dólares para las mejorías y optimización de esas plantas.

En México fabrica los Chevrolet Cruze y el anuncio que acaba de hacer es que producirá el GMC Terrain desde la planta de San Luis Potosí, México. Dicho anuncio lo hizo su presidenta mundial (chairman), Mary Barra.

Nuestro país es importante para General Motors, incluso en sus cuatro marcas tuvieron ventas récord durante 2016, Chevrolet, Buick, GMC y Cadillac. Hoy la automotriz posee el 18.8% de participación en el mercado mexicano.

Ambas compañías, Ford y GM, producen en México con distintos proveedores, entre ellos, las pequeñas y medianas empresas.

AFECTAMOS A AUTOMOTRICES O A PROVEEDURÍA MEXICANA

Cuando ejercemos un boicot de consumo en contra de una empresa, desde luego debemos ver todas las aristas.

Lo realizado por Xcaret o la constructora Coconal llamó la atención: tienen coraje y de manera inteligente consideran que no deben adquirir modelos Ford, porque la empresa no tuvo el valor a enfrentarse a Trump.

El problema es cuando empezamos a ver acciones políticas, como el gobernador de Campeche o presidentes municipales, que tampoco adquirirán vehículos de esas marcas. Eso más bien parecería oportunismo político.

Como sea, el problema es saber si con esas acciones golpeamos a Trump y las automotrices o si, en algunos casos, nos golpeamos a nosotros mismos en nuestras cadenas de valor, proveeduría y empleos que generan esas empresas en el país. Éstos son los dilemas que un proteccionista y nacionalista absurdo, como Trump, nos hará discutir.

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