David Páramo

Análisis superior

David Páramo

24 Ene, 2017

Del odio al amor

El peso ha sido la moneda que más se ha apreciado desde el cambio de gobierno en Estados Unidos; Donald Trump calificó como increíble al presidente Enrique Peña Nieto y será el tercer mandatario con el que se reúna después de haber asumido el cargo, antes lo hará con los primeros ministros, tanto del Reino Unido como de Canadá.

De hecho, un equipo de primer nivel encabezado por Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo se reunirá a partir del próximo miércoles con sus homólogos para iniciar formalmente la relación en materia de comercio, migración y seguridad entre ambas naciones.

Ayer mismo, Trump dijo que iniciará la renegociación del Tratado de Libre Comercio en el momento que sea oportuno. Esta declaración, ante líderes sindicales, la hizo poco después de firmar una orden ejecutiva a través de la cual saca a Estados Unidos del acuerdo de comercio transpacífico, conocido como TPP.

De hecho, las declaraciones del nuevo Presidente de Estados Unidos sobre México difícilmente podrían ser más positivas en cuanto a la intención de construir una relación que parta de la base del derecho de cada una de las naciones de encontrar lo que más les conviene.

La obligación de cada Presidente es ver por el mejor interés de sus ciudadanos. Es ridículo pensar que un mandatario anteponga el interés de otro país o una región antes que el de sus ciudadanos.

En una negociación las partes establecen sus posiciones y a partir de ahí comienza a construirse un diálogo positivo en el que todas las partes ganen, lo que significa iniciar por el camino del conocimiento del entorno, de las fortalezas y debilidades de las partes, las posibilidades de obtener los máximos beneficios (lo que pasa por no avasallar ni destruir a la contraparte).

INTELIGENCIA

En este espacio he sostenido que las masas suelen ser muy torpes. Que las corrientes generalmente bien aceptadas suelen contener una gran cantidad de tonterías por parte de las personas.

Estas masas, ahora exacerbadas por las legiones de imbéciles en las redes sociales, hacen movimientos como de lémures y terminan lanzándose por el barranco sin entender qué están haciendo.

Cuando había una gran cantidad de sicarios de redes sociales y comentócratas linchando a Videgaray y al propio Presidente de la República por haber invitado a Trump (también a la candidata demócrata, que rechazó la invitación) a México, sostuve que se trataba de una gran decisión.

Si alguien no entiende una situación, la mejor manera es iniciando un diálogo constructivo y prudente. Si alguien comete excesos verbales, el mejor camino es la presentación, cara a cara, de las ideas. Un error grave hubiera sido ceder a los bravucones, que algunas veces ladran como yorkies mal educados, que exigían disculpas y que hablaban en términos de guerra y conflicto.

Sin embargo, el entonces secretario de Hacienda se dio cuenta de que no tenía capital político y de que su función había terminado, al menos por ese momento. El servicio a México fue invaluable.

Había quienes querían, tal vez aún lo desean, que el Presidente del país más poderoso del mundo pidiera perdón de rodillas o algo así; sin embargo, los hechos demuestran que la estrategia, inteligentemente recomendada por Videgaray al presidente Peña, fue la correcta.

Algunas veces es preferible parecer tonto y lograr el objetivo que parecer muy inteligente y no conseguir lo que se buscaba.

Así, hoy hay espacio para que en el TLCAN se incluyan temas como servicios financieros, tecnología y algunos otros que no estaban considerados hace más de 20 años en un entorno en el que la administración de Trump, integrada por una pléyade de empresarios, hará lo que les corresponde: buscar el mejor interés para su país, como lo deben hacer los representantes de Canadá y, por supuesto, de México.

DISCULPAS

La estrategia seguida por el presidente Peña Nieto fue la correcta. Invitó a los dos candidatos al gobierno de Estados Unidos para buscar un acercamiento. Quien ganó la elección estuvo en México y se tendió un puente para lograr un mayor acercamiento entre las posiciones, ciertamente, encontradas.

Hoy los beneficios de esa estrategia saltan a la vista. México, Estados Unidos y Canadá están por iniciar las negociaciones que modernicen el TLCAN.

Más allá de si muchos deben ofrecer disculpas a Videgaray, deberían preguntarse qué estaría pasando si se hubiera seguido el camino de la violencia verbal y el rompimiento.

Supongo que muchos de ellos se quedarán callados y buscarán a quién linchar ahora.

SIMÓN

Según José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos, no sabe quién ordeña los ductos de la empresa, cuando se sabe que esa mafia está encabezada por el sindicato de Carlos Romero Deschamps, y a la que se habrían unido algunos que llegaron con el nuevo director de Pemex. Pronto las pruebas.

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