Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

27 Ene, 2017

¿Y ahora qué hacemos?

En sólo cuatro días de gobierno, Donald Trump ha generado una confrontación diplomática y política con México que no habíamos vivido en más de 100 años de relación bilateral y que genera una gran incertidumbre sobre las medidas o pasos siguiente que deberá adoptar nuestro país.

En un tuit mañanero, Trump dijo  –en respuesta al mensaje del presidente Enrique Peña Nieto– que si México no quería pagar el muro, sería mejor cancelar la reunión que estaba programada para el próximo martes.

No tuvimos que esperar mucho para conocer la respuesta de Peña Nieto, que también en su cuenta de Twitter informó que había ya notificado a la Casa Blanca que no asistiría a la reunión con Trump, aunque reiteró su voluntad de trabajar con Estados Unidos para llegar a acuerdos en favor de los mexicanos.

Evidentemente Trump se enojó y en la reunión del Partido Republicano, que lo recibió con grandes aplausos, dijo que la decisión de cancelar la reunión con Peña Nieto fue mutua. Reiteró las críticas al TLCAN asegurando que sólo ha beneficiado a México, y la nueva amenaza que confirmó el vocero de La Casa Blanca es que Estados Unidos pretende imponer un impuesto de 20% a todas las exportaciones mexicanas como una forma de obligarnos a pagar por el muro en la frontera.

IMPUESTO DE 20% VS. TLCAN Y OMC

De concretarse, este impuesto sería violatorio no sólo a las reglas del TLCAN, sino de la OMC, y lo más absurdo, generaría una guerra comercial entre México y Estados Unidos, pero no sería una forma de que México pagara el muro porque los directamente afectados serían los consumidores estadunidenses por el incremento en el precio de los productos importados.

México, como muchos quieren, puede adelantarse y salirse del TLCAN, o aplicar medidas espejo e imponer un impuesto de 20% a las importaciones de Estados Unidos, con lo cual se espera que sean las exportadoras las que exijan al Congreso detener la guerra comercial.

Falta aún conocer la política fiscal de Trump, y si da el visto bueno a la propuesta del republicano Paul Ryan de aplicar un impuesto transfronterizo, el Border Adjusted Tax, para beneficiar a las exportadoras estadunidenses.

Lo bueno es que  ya comenzaron a surgir voces en contra del impuesto a las exportaciones mexicanas. David French, vicepresidente de la National Retail Federation, se manifestó en contra por el mayor costo a los consumidores, mientras que el senador republicano Lindsey Graham dijo en su cuenta de Twitter –medio favorito de comunicación de los políticos– que el impuesto es una tarifa errónea porque México los replicaría y afectaría el crecimiento económico.

Eso es lo que no entiende Trump: salirse del TLCAN e iniciar una guerra comercial con México es darse un balazo en el pie.

REUNIÓN DE CRISIS EN LOS PINOS

El presidente Enrique Peña Nieto convocó para hoy a medio día a una reunión en Los Pinos a las que están invitados senadores, gobernadores que se verían más afectados por un posible cierre del TLCAN y representantes del sector privado, encabezados por Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, quienes han manifestado que debemos hacer un frente común de defensa frente a Trump.

Asistirán Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, y el secretario de Economía, Ildelfonso Guajardo, quienes ayer en Washington reiteraron la negativa de México a pagar por el muro.

RIVADA SE NIEGA A DARSE POR VENCIDO

A pesar de que ya se firmó con bombo y platillo el contrato de Asociación Público Privada entre el Grupo Altán, y Promtel para poner en marcha la Red Compartida, el perdedor Grupo Rivada sigue empeñado en tratar de descarrilar el proyecto a través de una batalla jurídica.

Rivada informó que la firma del contrato no detendrá los procesos legales en tribunales mexicanos para demostrar –dice– que su descalificación fue ilegal y que hubo irregularidades en el proceso, como es la participación de un gobierno extranjero en el grupo Altán.

Sin embargo, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, asegura que no hubo ninguna irregularidad y que Rivada fue descalificado porque no cumplió con el pago de la garantía de seriedad, que era condición indispensable para continuar en el proceso.

Anunció que una vez firmado el contrato con Altán, la SCT iniciará su defensa jurídica en contra de las acusaciones de Rivada.

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