Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

31 Ene, 2017

¿Por qué no plantean de una vez, regresar a la autarquía?

Sin duda, la Presidencia Trump ha traído beneficios para México y los mexicanos —y traerá más en los próximos meses—; pero cómo, dirá usted, ¿beneficios a México, de parte del que hoy por hoy nos ha tomado como su punching bag? Pues sí, aun cuando pareciere una locura lo que afirmo, e imposible de entender y aceptar, ya hay varios beneficios que podemos identificar. Procuraré explicarme; espero lograrlo. En caso contrario, le ofrezco una disculpa anticipada.

En estos días, incluso podría decir que desde antes de la toma de posesión como Presidente, hemos leído y escuchado propuestas en materia de comercio con Estados Unidos, que van de lo descabellado e imposible, a lo absurdo.

Por allá, el que afirma que debemos dejar de tomar café en Starbucks y de comprar en Walmart. A cambio de esa propuesta, ¿debemos regresar al café de olla o al de talega? ¿Iremos de compras al tianguis, que para beneficio de unos cuantos que se apoderan de banquetas y vialidades, la autoridad les guarda una serie de consideraciones que el más cumplido de los contribuyentes, ni en sueños imagina para él?

Por allá, no falta el que propone apoyar el mercado interno cuando, en la época de las economías abiertas, la globalidad y la interdependencia económica, únicamente hay mercados; así, mercados sin adjetivo alguno.

Lo curioso de este espectáculo, que lo que deja ver además de un patrioterismo ramplón y acedo, es una ignorancia peligrosa en materia de historia y teoría económica de quienes plantean que no compremos productos importados, que deja ver que, en materia de apertura económica y comercio exterior, todavía seguimos —mentalmente—, viviendo en una economía cerrada.

¿Quién o quiénes son los responsables, de que después de casi 30 años de apertura económica y 23 de vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, sigamos pensando como si estuviéremos allá por los años setenta, con una economía cerrada y la sustitución de importaciones?

¿Quién no hizo la tarea, que habría servido para educar a decenas de millones de mexicanos acerca de la importancia del nuevo modelo, de la apertura de la economía y la incorporación a la globalidad? ¿Quién dejó de cumplir con esa tarea que hoy, ante la mentalidad caduca que dejamos ver con nuestras tonterías económicas, se ve como un obstáculo para entender la magnitud del problema que enfrentamos?

Hoy, es inadmisible —además de ridículo—, dado el modelo económico que priva en prácticamente todo el mundo, que estemos propugnado por la peor de las estrategias económicas, la autarquía: Política de un Estado que intenta bastarse con sus propios recursos. ¿Acaso somos seguidores de Kim Il-sung y su Idea Juché?

¿Cómo es posible que hoy, en los tiempos que corren, haya personas supuestamente conocedoras de la economía, que van en contra de lo que David Ricardo, allá por el año 1817, aclaró con las Ventajas Comparativas en una economía?

Esta ignorancia, de algo tan elemental como las Ventajas Comparativas, lleva al surgimiento de personajes como el presidente Trump y también, para desgracia nuestra, de millones de mexicanos que piensan que lo que nos conviene y urge, es consumir sólo productos mexicanos.

Le dejo como tarea, algo sencillo: con el buscador de su preferencia, teclee Ventajas Comparativas, y verá que lo peor que podríamos hacer es pensar que consumir sólo lo nuestro es la salida. Por lo demás, ¿podría usted definir qué es un producto mexicano?

¿Ve lo bueno que ha sido la Presidencia de Trump, al exhibir sin maquillaje alguno nuestra ignorancia económica? ¿No nos hemos dado cuenta de que la llegada de aquél, nos ha obligado a vernos tal cual somos?

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