Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

2 Feb, 2017

ProMéxico: ¿realmente funciona?

Paulo Carreño King, exsubsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y exdirector de Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Banamex, fue nombrado como nuevo titular de ProMéxico en sustitución de Francisco González, quien ayer tomó posesión como nuevo director general de Bancomext.

Carreño King es realmente un comunicador y no tiene experiencia financiera, y lo que se espera es que al poner a un experto en comunicación y relaciones públicas, ProMéxico cumpla con el objetivo para el cual fue creado que es promover inversiones a México y apoyar el desarrollo de exportadores.

El problema es que, desde su creación, ProMéxico no ha cumplido realmente con su objetivo porque Bancomext tiene exactamente la misma meta: promover el desarrollo del comercio exterior. Cierto, Bancomext apoya con recursos financieros y ProMéxico no otorga créditos, aunque sí apoya a empresarios para que asistan a ferias internacionales.

El reto que tendrá Carreño King es aprovechar su amplia experiencia para que realmente ProMéxico actúe como promotor de México y hacer una mancuerna eficiente con Bancomext.

No será sencillo porque los últimos dos años de Peña Nieto serán los más complejos en materia de comercio exterior ante el proteccionismo no sólo de Donald Trump sino de otros gobiernos como el de Theresa May en el Reino Unido y el retrógrada de Netanyahu, en Israel.

Lo que es una lástima es que en la supuesta austeridad del gasto público, que no convence ni a propios ni a extraños, no se aproveche la oportunidad para hacer una evaluación a fondo de los resultados de ProMéxico y Bancomext. Hay que cuestionarnos si realmente tiene sentido mantenerlos separados, con un mayor costo operativo en lugar de fusionarlos en un solo organismo, que promueva a México y apoye financieramente a empresarios, sobre todo, ahora que nos urge diversificar tanto nuestras importaciones como nuestras exportaciones.

BAJAN EXPECTATIVAS ECONÓMICAS

El Banco de México publicó la primera encuesta sobre expectativas de los especialistas del sector privado de este año, y como es lógico todas son negativas. En inflación general hay un importante crecimiento en el pronóstico para este año, ya que la ubican en 5.25% frente a la meta de 4.13% que tenían los especialistas encuestados en diciembre. La expectativa de inflación subyacente también se eleva de 3.88% a 4.19% para cierre de este año por el efecto del gasolinazo.

Lo que es todavía más preocupante es que, a diferencia del aún gobernador de Banxico, Agustín Carstens, quien prevé una rápida desaceleración de la inflación, los analistas encuestados subieron también la meta de la inflación general para el cierre de 2018 de 3.6% a 3.80% y la subyacente de 3.50% a 3.53 por ciento.

Desde luego, bajan, también, la meta del PIB a 1.49% este año y a sólo 1.60% para 2018, por lo que tampoco prevén que habrá una recuperación de la economía el año próximo.

Y en cuanto al tipo de cambio prevén que el dólar cerrará en 21.70 este año y, prácticamente igual, en 21.63 el año próximo y para las tasas de interés pronostican que cerrará en 7.06% este año y en 7.31% en 2018.

REMESAS CRECIERON 8.82% EN 2016

Las remesas al cierre de 2016 ascendieron a 26 mil 970 millones de dólares, un incremento de 8.82% frente a 2015. El mayor incremento se registró en transferencias electrónicas, que representan la gran mayoría del modo de envío de remesas, ya que el monto ascendió a 26 mil 375 mdd con un crecimiento de 9.23%  frente al año anterior.

El monto promedio de las remesas se mantiene prácticamente sin cambio, en 295 dólares frente a 293 en 2015, y, desde luego, la depreciación del peso frente al dólar se ha traducido en un gran beneficio para las familias receptoras y es una de las explicaciones del aumento en el consumo que es superior que triplica el crecimiento económico.

Donald Trump sigue sin anunciar su política fiscal, y  no ha presentado una propuesta de gravar las remesas, como podría ser un impuesto —para financiar el muro— sobre transacciones o envíos electrónicos. Este gravamen tendría que aplicarse no sólo para las remesas de migrantes mexicanos sino de cualquier transferencia hacia cualquier país.

Una de las promesas de Trump que no ha cumplido es cobrar por el envío de remesas ante su elevado monto, que duplica el costo estimado del muro.

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